Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!


enero 16, 2011

Pastor y el costo de su sueño



Pastor y el costo de su sueño (Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 16 de enero de 2011)

Verdaderamente increíble el caso de Pastor Maldonado. Y es increíble porque resulta que este caballero quién dice representar a Venezuela en las pistas del mundo, demostró con sus declaraciones, actos y más, que su único interés es el yoismo, es decir él mismo.

Cuando un individuo que dice representar a un pueblo, usa ligeramente el poder de la palabra para servir de publicista de un régimen que doblega a todo un país, jamás puede ser visto como un ejemplo, como un objeto de interés. Solo podríamos decir que es el egoísmo llevado a una de sus máximas expresiones.

Sí amigo lector, y sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo, ya que me pueden argumentar que el deporte no tiene nada que ver con la política, que es la única forma de lograr las metas, o que es el deber del gobierno apoyar a nuestros deportistas, y ciertamente podría tener usted razón, sino fuera porque primeramente este es un país politizado y polarizado hasta los tuétanos, así que querer no mezclar algo con política cuando nuestra vida gira en torno a ella es muy complejo.
En segundo lugar ciertamente es un deber del gobierno apoyar a nuestros atletas, pero si miramos el caso podremos darnos cuenta el monto que se está usando para apoyar a un solo individuo, con la única finalidad de usarlo como bandera de este caos que se quiere disfrazar y vender como el modelo político y económico del siglo, y sin duda la mejor vitrina son las pistas suntuosas y desbordadas de lujo, frivolidad, que las de la gran carpa del automovilismo.

En un país que vive una creciente crisis económica, dónde la propia situación actual nos revela lo incapaz e impotente del gobierno, que no sabe cómo resolver casos como los de los damnificados, al punto que ya no saben dónde meterlos, sino que además es normal ver medidas absurdas y erradas que solo terminan por demostrar que lo único claro es que se equivocaron y como siempre para empeorar todo, o, ¿es que acaso alguna de las tierras expropiadas, empresas que corrieron la misma suerte, inmuebles y más están rindiendo un fruto de verdad muestre una mejora al cambio obligatorio de propietarios?

En un país cuya educación, salud, cultura y deporte, ¡ay deporte!, no recibe de verdad el apoyo que se requiere, y nuestros atletas viven en la penuria cuando no logran ser alguna estrella de las grandes ligas, o este caso manejar un bólido de fórmula 1. Esos deportistas anónimos que solo hacen lo que hacen por amor, por pasión ni siquiera muchas veces tienen un plato de comida para alimentarse correctamente y los niños, de los pocos que tienen la oportunidad de practicar un deporte, por lo general no cuentan con los equipos necesarios que se requieren y mucho menos la infraestructura adecuada. La pobreza devora el sueño de triunfar, el egoísmo de los que pueden aportar pero solo lo hacen para ellos, trunca el sueño no solo de aquellos que anhelan lograr su meta practicando un deporte, sino de un país sediento de una noticia que no sea las malas sobre la economía que algunos quieren maquillar y “unificar” para que pasen desapercibidas, o los atropellos a diario a la libertad y la justicia que solo provocan la lástima con la que ahora nos ven en el exterior, y que se hace más evidente cada vez que logramos salir del país.

En ese país, en ese contexto deportivo, el gobierno enemigo de la clase pudiente, de la oligarquía, el imperialismo y el capitalismo salvaje, patrocina al deporte más capitalista que exista, y ojo, no tengo nada en contra de la fórmula 1, sin embargo analizando nuestro contexto y las motivaciones del apoyo, debo decir que no estoy de acuerdo. ¿O será que alguna persona de un barrio o quizás uno de los damnificados tendrá acceso al mundo elitesco de este deporte de motores, que es frecuentado entre otros por políticos pitiyanquis, artistas de esa Sodoma que es Hollywood, familias y miembros reales tan criticadas por los rojos?

Pero no, no es muy elitesco afirmó Pastor en rueda de prensa. Alberto II príncipe soberano de Mónaco, su alteza el jeque Khalifa bin Zayed Nahayan Emir hereditario y gobernante de Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, Sus majestades Juan Carlos I de Borbón y Felipe de Borbón y Grecia, en España, son algunas de los pobres personalidades mi querido Pastor que frecuentan la grilla de partida para conversar con los pilotos que ostentan sueldos como el de Fernando Alonso quien gana solo la bicoca de 30 millones de Euros al año, manejando un auto de la escudería de Maranello cuyo presupuesto sobrepasa los 300 millones de Euros.

Y nada de esto tendría de malo si no fuera porque Pastor es el abanderado del socialismo del siglo XXI, y si no lo creen miren su página en internet para que se den cuenta que no caben más logos del gobierno. Y no me indignaría, si ese caballero no se dedicara a hablar de las bondades del comunismo del siglo XXI, digo, socialismo, y quisiera engañar al pueblo al decir que no es un deporte millonario al que le van aportar desde PDVSA aproximadamente 38 millones de dólares al año, sí, esa misma PDVSA: la moribunda, endeudada y enterrada en malas administraciones.
Es triste que para conseguir tus metas y objetivos tengas que aliarte al culpable de la debacle. Qué triste vender el alma al diablo a cambio de fama, gloria y mucho, pero mucho dinero. Si para surgir y ser famoso debo apoyar la farsa de un gobierno que hunde en la miseria a su pueblo, prefiero el anonimato, prefiero la vida digna y libre de aquel que actúa por sus valores cuya conciencia no tiene precio. Me encantaría correr un F1, me gustaría saborear una victoria, pero pudiendo mirar a los ojos a mí pueblo y decir: mi victoria es suya.

Fernando Pinilla

enero 10, 2011

Los primeros trazos del 2011

Algunas cositas de este arranque de año. La Voz, La Región y una muestra para ustedes!!





Eso soy, un dibujante.



Eso soy, un dibujante. (Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 9 de enero de 2011)

Esto de ser humorista, caricaturista, ilustrador es una vaina, digo, cosa seria. Realmente aunque ustedes se imaginen que la cosa es una rochela eterna, no lo es. Se trata de un trabajo complejo, agotador, porque la mente creativa nunca se detiene, la mente creativa por naturaleza, hace que justo cuando estás en lo mejor del sueño en la madrugada, venga una idea, una brillante, impecable, casi obsesionante idea, que por casualidad estando ya en la posición justa de tu cama con la poca disposición para levantarte ni siquiera para el baño, entiendes y sabes que no puedes dejarla perder; al día siguiente si acaso te acordarás que tuviste un sueño, así que no tienes más opción que levantarte y con los ojos aún cerrados, intentando no dejar escapar ese sabor placentero de los brazos de Morfeo, hay que escribir, esbozar, porque sencillamente así es esta vida. El deber llama.

Sin embargo es cómico, que en nuestro entorno se percibe al humorista grafico, al ilustrador, al caricaturista, prácticamente como un profesional de segunda, y aunque la mayoría no solo dibujamos sino que tenemos muchas otras profesiones, algunas ligadas al periodismo o el arte, otros muy distantes como la ingeniería y la cocina, simplemente no se aprecia el trabajo que se hace a diario para prensa, o en cualquier lugar donde haga falta una persona que en una imagen logre sintetizar con calidad un mensaje. Una persona que con la mano logra imitar la creación de Dios o del hombre. Es tanta la poca estima que se tiene al trabajo que realizo y como yo otros colegas, que alguna vez me dijo una amiga cercana: increíble que te paguen por hacer eso…

No nos creemos una raza superior, no, para nada, pero claro está que tenemos una habilidad que no se puede negar, y que esta viene acompañada de una creatividad que nos permite traducir lo que pensamos, vemos, y convertirlo en algo igualmente visible para el resto de personas. Quiere decir que tenemos la capacidad de ser mensajeros de realidades para otros, traductores de códigos personales e íntimos para hacerlos de dominio público, y así trasmitir mensajes e ideas.

El dibujo ha estado asociado con la posibilidad de convertirse sin palabras en la voz de muchos, de inspirar y llegar dónde muchas veces no se necesitan nada más que decir. Una imagen vale más que mil palabras reza un refrán popular, y nada más cierto y verídico. Los petroglifos en innumerables cuevas del mundo, siendo las más famosas las de Altamira, los murales y grabados en las pirámides y monumentos egipcios, los dibujos en la cerámica griega, china, japonesa, no solo nos han permitido entender episodios de la historia, mantenerlos frescos, casi vivos, sino además reflejar ideas, creencias, de personas que vivieron hace tanto, que sería lógico perder ese sentido tan etéreo de sus vidas, pero gracias a las imágenes podemos hoy día conocerlos de cerca.

Con la evolución del dibujo, con la expansión y el siempre terco afán de nosotros los dibujantes por naturaleza de mejorar, de acercarnos a la perfección, evolucionamos para crear diversas formas de expresarnos, de decir muchas cosas a viva voz, o simplemente de manera subjetiva a través de códigos usando el simbolismo. El renacimientos y las posteriores etapas del arte hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX, fueron testigos de obras cargadas de imágenes, de conceptos, de creencias individuales y colectivas, llenas de elementos que a plena vista no dicen mucho, pero que estudiando con detenimiento cargan miles de significados.

De esta forma el artista se convirtió a través de la historia en un cronista de cada episodio que vivía el hombre. Por eso con sus excepciones, era cotizado y afamado el trabajo de aquel hombre capaz de congelar un momento, pero además capaz de inspirar y trasmitir mensajes con facilidad para él, pero no por esto llamando sencillo el trabajo realizado, habilidad que no todo mortal la tiene. El humorista gráfico, el caricaturista que aún no tenía una identidad clara en siglos pasados, comenzó a sintetizar mensajes, a causar reflexión y crítica con su trabajo a ser protagonista de la historia como Thomas Nast en Estados Unidos, quién sería reconocido por la importancia de su trabajo, en el sentir del pueblo para la elección de un presidente. Sus caricaturas publicadas en el siblo XIX en periódicos como el New York Illustrated News y la revista Harper´s Weekly y Nast fueron determinantes para definir al inquilino de la Casa Blanca, en el caso de Ulysses S. Grant, quien reconocería en Nast y su trabajo la importancia del humorismo grafico tras prácticamente destruir la candidatura de su opositor Horace Greeley con sus caricaturas. Igual importancia tuvo su trabajo en 1876 para la elección de Rutherford B. Hayes del que afirmó; había sido la mayor ayuda que había recibido para lograr su objetivo.

Como Nast existen miles de historias sobre nosotros, los que estamos detrás del papel y la tinta, hoy la tableta digital y photoshop en muchos casos, pero de igual forma siendo cruciales a la hora de transmitir mensajes de crear conciencia y sobre todo convertirnos sin querer muchas veces, de retruque, en voceros del ideario popular.

Sí, somos amarillistas en muchos casos, proselitistas por naturaleza, contrarios del que tenga el sartén agarrado por el mango, pero no por esto ajenos a algún color o idea, al final tenemos corazón y late al igual que cualquier ser humano.

Pero acá estamos y acá seguimos. En la misma esquina. Muchas siendo vistos devaluados, muchas veces ni siquiera recibiendo la tan ansiada felicitación de parte de nuestros jefes, pero amados por un colectivo que se siente identificado en una imagen que nació de nuestras manos. Seguimos con pasión haciendo esto porque lo amamos, no hay, no existe un dibujante en ninguna disciplina que odie su trabajo, es amor, es nuestro destino, nuestra cruz y nuestra bendición. Eso soy, un dibujante.

Fernando Pinilla