Algunos trabajitos recientes.
julio 31, 2012
julio 17, 2012
El Cambural: Entre la belleza y el olvido.
El Cambural: Entre la belleza y el olvido.(Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 15 de julio 2012)
Llegar a El Cambural en San Antonio de los Altos no es complicado. Se tiene que tomar la vía que va a Potrerito y La Mariposa, ahí, cuando estas llegando a Pacheco (un pequeño caserío del municipio) doblas a la izquierda y continúas por una vía justo al lado de un tanque de agua de acero en la entrada. Comienzas a bajar por una excelente carretera pavimentada que se interna en la montaña (con una hermosa e imponente vista a Caracas), hasta ahí sin novedades, más allá del asombro del paisaje.
Luego de serpentear por algunos minutos entre una exuberante vegetación que se hace más densa a medida que nos encontramos cerca de la quebrada que bordea el camino; empezamos a apreciar la verdadera realidad de este paraje típico de Altos Mirandinos. Un talud de tierra corta el paso abruptamente en la carretera y la convierte en una trocha. Lo que viene después es un contraste abrupto entre la magnífica naturaleza, el olvido de las autoridades y la mano destructiva del hombre.
Una esplendida carretera pavimentada se pierde entre fallas de borde, basura acumulada a lo largo del trayecto y el olvido de los vecinos y de cualquier autoridad con la competencia de cambiar esta postal. La mal denominada “maleza” borra paulatinamente el registro de la presencia del hombre comiendo la carretera, lamentablemente hay huellas que no se pueden borrar. Aún con la mano dañina del hombre, la quebrada viaja entre rocas moldeadas por cientos de años en un paraje de belleza indescriptible. La flora y la fauna que se consigue son del tamaño de la grandeza que le imprime la naturaleza a esta hermosa zona. Aves del Paraíso, Bromelias y otras exóticas flores crecen salvajemente en la espesura de los matorrales. Pero esto no es suficiente para el hombre que termina convirtiendo todo lo bueno en algo malo.
La realidad es que mientras la naturaleza crea belleza, el hombre se empeña en crear caos. El Cambural es testigo del hampa descontrolada en el país, y su paisaje muestra vehículos desvalijados por los amigos de lo ajeno. En el caudal del río consigues también: cables, cauchos, así como botellas de bebidas alcohólicas, que terminan alterando el ecosistema. Pero no sólo El Cambural es víctima de la basura resultado de mentes minúsculas, sino que; en varias ocasiones han intentado invadir y deforestar un bosque, que hasta hace algún tiempo, era zona de protección de La Mariposa. Pero, si el propio embalse es un desastre, ¿qué podemos esperar de las zonas aledañas?
A veces Dios le da pan al que no tiene dientes. Quizás sea la frase que mejor se puede aplicar a la realidad con la que debe sobrevivir esta zona. Mientras países del mundo anhelan parajes como el que tenemos, acá nos damos el lujo de desperdiciarlos. Los Salias es un municipio que teniendo el potencial para explotar sus bellezas naturales, se conforma aún hoy, con ser una ciudad dormitorio. Lo que otros países lo convierten en centros de ecoturismo, nosotros lo convertimos en depósito de basura, rincón para bebidas y un excelente sitio para erigir una barriada de invasión. Preguntas surgen mientras escribo, porque la mano del hombre sigue destruyendo lo que tanto trabajo llevó para gozar del equilibrio y la belleza que destella.
¿Hasta cuándo las autoridades municipales, estatales, nacionales, seguirán dando la espalda a los recursos naturales? ¿Hasta cuándo las políticas del olvido? Sé que mis palabras levantaran roncha; pero la realidad es que cualquier iniciativa que se haya tomado es poco. El Cambural tiene (como todo el municipio Los Salias) lo que se necesita para brillar y para mostrar la belleza natural que ha hecho de Altos Mirandinos, una zona de envidia por su clima y sus parajes naturales.
Mi llamado es para todos los vecinos y las autoridades competentes para recuperar una zona que nos regala el milagro de la mano de Dios. Un milagro que no cuesta nada y del que podemos sacar provecho a todo nivel. Hablamos de un pequeño refugio natural de cientos de especies (animales y vegetales) dignas de estudio y observación por parte, no sólo de especialistas, sino de la ciudadanía en general, estudiantes y porqué no, hasta turistas de otros estados.
En las manos de todos los sanantoñeros y principalmente de las autoridades, está la suerte de cambiar nuestras realidades. Basta de politiquería. Necesitamos urgentemente de acciones concretas en conjunto para recuperar lo que se sigue deteriorando, mientras leemos esta columna, y hacer así de El Cambural y todo San Antonio, el municipio modelo, que sí podemos ser.
Fernando Pinilla
Llegar a El Cambural en San Antonio de los Altos no es complicado. Se tiene que tomar la vía que va a Potrerito y La Mariposa, ahí, cuando estas llegando a Pacheco (un pequeño caserío del municipio) doblas a la izquierda y continúas por una vía justo al lado de un tanque de agua de acero en la entrada. Comienzas a bajar por una excelente carretera pavimentada que se interna en la montaña (con una hermosa e imponente vista a Caracas), hasta ahí sin novedades, más allá del asombro del paisaje.
Luego de serpentear por algunos minutos entre una exuberante vegetación que se hace más densa a medida que nos encontramos cerca de la quebrada que bordea el camino; empezamos a apreciar la verdadera realidad de este paraje típico de Altos Mirandinos. Un talud de tierra corta el paso abruptamente en la carretera y la convierte en una trocha. Lo que viene después es un contraste abrupto entre la magnífica naturaleza, el olvido de las autoridades y la mano destructiva del hombre.
Una esplendida carretera pavimentada se pierde entre fallas de borde, basura acumulada a lo largo del trayecto y el olvido de los vecinos y de cualquier autoridad con la competencia de cambiar esta postal. La mal denominada “maleza” borra paulatinamente el registro de la presencia del hombre comiendo la carretera, lamentablemente hay huellas que no se pueden borrar. Aún con la mano dañina del hombre, la quebrada viaja entre rocas moldeadas por cientos de años en un paraje de belleza indescriptible. La flora y la fauna que se consigue son del tamaño de la grandeza que le imprime la naturaleza a esta hermosa zona. Aves del Paraíso, Bromelias y otras exóticas flores crecen salvajemente en la espesura de los matorrales. Pero esto no es suficiente para el hombre que termina convirtiendo todo lo bueno en algo malo.
La realidad es que mientras la naturaleza crea belleza, el hombre se empeña en crear caos. El Cambural es testigo del hampa descontrolada en el país, y su paisaje muestra vehículos desvalijados por los amigos de lo ajeno. En el caudal del río consigues también: cables, cauchos, así como botellas de bebidas alcohólicas, que terminan alterando el ecosistema. Pero no sólo El Cambural es víctima de la basura resultado de mentes minúsculas, sino que; en varias ocasiones han intentado invadir y deforestar un bosque, que hasta hace algún tiempo, era zona de protección de La Mariposa. Pero, si el propio embalse es un desastre, ¿qué podemos esperar de las zonas aledañas?
A veces Dios le da pan al que no tiene dientes. Quizás sea la frase que mejor se puede aplicar a la realidad con la que debe sobrevivir esta zona. Mientras países del mundo anhelan parajes como el que tenemos, acá nos damos el lujo de desperdiciarlos. Los Salias es un municipio que teniendo el potencial para explotar sus bellezas naturales, se conforma aún hoy, con ser una ciudad dormitorio. Lo que otros países lo convierten en centros de ecoturismo, nosotros lo convertimos en depósito de basura, rincón para bebidas y un excelente sitio para erigir una barriada de invasión. Preguntas surgen mientras escribo, porque la mano del hombre sigue destruyendo lo que tanto trabajo llevó para gozar del equilibrio y la belleza que destella.
¿Hasta cuándo las autoridades municipales, estatales, nacionales, seguirán dando la espalda a los recursos naturales? ¿Hasta cuándo las políticas del olvido? Sé que mis palabras levantaran roncha; pero la realidad es que cualquier iniciativa que se haya tomado es poco. El Cambural tiene (como todo el municipio Los Salias) lo que se necesita para brillar y para mostrar la belleza natural que ha hecho de Altos Mirandinos, una zona de envidia por su clima y sus parajes naturales.
Mi llamado es para todos los vecinos y las autoridades competentes para recuperar una zona que nos regala el milagro de la mano de Dios. Un milagro que no cuesta nada y del que podemos sacar provecho a todo nivel. Hablamos de un pequeño refugio natural de cientos de especies (animales y vegetales) dignas de estudio y observación por parte, no sólo de especialistas, sino de la ciudadanía en general, estudiantes y porqué no, hasta turistas de otros estados.
En las manos de todos los sanantoñeros y principalmente de las autoridades, está la suerte de cambiar nuestras realidades. Basta de politiquería. Necesitamos urgentemente de acciones concretas en conjunto para recuperar lo que se sigue deteriorando, mientras leemos esta columna, y hacer así de El Cambural y todo San Antonio, el municipio modelo, que sí podemos ser.
Fernando Pinilla