No extraña (Columna Trompo en la uña, diario La Región 22/06/2014)
Cuando vemos a un miembro del gobierno, o en este caso un ex
miembro del gobierno, denunciar lo que todos aquellos que no comulgamos con el
“abc” del oficialismo sabemos, es como vivir la crónica de una muerte
anunciada.
Que Giordani, luego de recibir una soberana patada en el
trasero salga a decir que Nicolás carece de liderazgo y que solo repite
cansinamente las palabras del comandante, igual de incoherentes, como manera de
gobernar, no sorprende para nada. No es novedad enterarnos que más de 25.000 mm
de dólares se perdieron con el cuento del control cambiario implementado por el
difunto en la época de las vacas gordas, pues esto se ha denunciado y era obvio
a todas luces. No alarma saber que Nicolás y su gobierno de calle reparten
millones en nada, pues no existe la adecuada fiscalización o control para
conocer para qué es la plata que se regala, aunque en el fondo, todo sabemos
que el porqué es uno: callar a los molestos que puedan resquebrajar su
permanencia en el poder.
Las pasadas elecciones en Colombia mostraron una
transparencia, credibilidad, rapidez que viene a complementar la carta tardía
de Giordani, un hombre cuyo curriculum y sapiencia es admirada y atesorada en
la UCV, pero que sus hechos distan de sus grandes libros, hoy depositados con
polvo en las bibliotecas de esta casa de estudio. La transparencia que desnuda
a nuestro sistema electoral, radica en la realidad, acá lejana, que cualquier
persona, incluyendo los medios, puedan observar cómo se realiza el conteo de
votos, la totalización por departamentos (acá estados) y en cuestión de minutos
ver boletines progresivos hasta obtener el resultado definitivo con una
velocidad pasmosa. La credibilidad es total, cuando podemos saber que los
veedores internacionales pueden acceder a todo el proceso sin ser coartados,
que todos los medios públicos y privados, nacionales e internacionales tienen
acceso a la información de manera verás, dejando mal parado al CNE y todos los
procesos realizados en el país, gane quien gane, y más si el vencedor ha sido,
de manera dudosa, el gobierno.
En cuestión de un poco más de una hora, luego de las cuatro
de la tarde, se conocían los resultados definitivos en un proceso que dista, en
teoría, de la tecnología de la que se jacta Tibisay, quien por cierto no es
rectora, así como ninguna de las autoridades del poder electoral desde hace más
de un año, pero aún así, sigue ejerciendo como tal.
El hecho de que Luis Chataing salga del aire por su humor
mordaz contra el gobierno no extraña. Que Televen, Venevisión acepten hincados
las órdenes del mandamás del país, Diosdado, y que hasta el primer medio
mencionado, ya sea de capital socialista, como se rumora, no sorprende. Es un
secreto a vox populi que casi todos los medios privados han sido absorbidos por
el gobierno en su afán de cerrar ventanas de información, y que la oposición ha
sido vetada con la nueva línea editorial de éstos, aunque no lo necesiten
mucho, pues trabajando como islas son completamente invisibles y estériles. Que
se use la no aprobación de divisas para papel periódico, como manera de
debilitar a la prensa no extraña para nada, los medios languidecen en medio de
la pasividad y el conformismo de propios y extraños, pero esto no es de extrañar.
Lo único que sorprende es que las personas no reaccionen.
¿Qué le pasó al “bravo pueblo”? Al parecer se quedó dormido en los libros de
historia, ahora, manipulados descaradamente. Al bravo pueblo se le terminó la
furia por la justicia, por la vida digna y por derechos. De lado y lado el
conformismo y la aceptación hacen que el velo se haga más sólido en los ojos de
cada uno, y aunque Giordani, resentido, arrepentido o asustado por no tener ya
la protección del círculo rojo, salga del paso, afirmando su amor por el
comandante, pero sus diferencias con el heredero elegido dedocraticamente, los
hace despertar.
Las denuncias de Giordani, así como el audio de Marios
Silva, las canciones de Walid Makled, deberían ser una alarma y un detonante
para aquellos que, ciegamente, creen en el cuento del socialismo bolivariano.
Que el vicepresidente diga campantemente que “El modelo económico no ha
fracasado, apenas está naciendo”, luego de 15 años de un deterioro progresivo,
debería ser tomado como lo que es, una burla, y generar una reacción en cadena
de descontento. Pero increíblemente el
país aún sufre el legado de un encantador de serpientes que no permite un
despertar colectivo para clamar por lo que merecemos, una vida digna. A veces
me pregunto si no será que ya lo saben, lo viven muchos, pero la soberbia de
decir, me equivoqué, es más poderosa que nuestro amor propio y nuestra
dignidad. Esa quizás sea la respuesta a mi interrogante… ¿cómo no oponernos a
la miseria que nos imponen?
“En esta área no solo no se aprobó lo propuesto, sino que se inició una
nueva oleada de grandes gastos sin los requisitos diseñados”; “Resulta doloroso y alarmante ver
una Presidencia que no transmite liderazgo, y que parece
querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los
planteamientos como los formulaba el Comandante Chávez, y en el otorgamiento de
recursos masivos a todos quienes lo solicitan sin un programa fiscal encuadrado
en una planificación socialista”, “A la luz de estos hechos surge una clara sensación
de vacío de poder en la Presidencia de la República, y concentración en otros
centros de poder”. Giordani.
Las mentiras tienen patas cortas,
lo construido en medio de la mentira carece de bases. El socialismo bolivariano
careció desde un inicio de fundaciones doctrinales. Un socialismo, marxismo,
cristianismo, bolivarianismo mixeado, sencillamente se resume en todo lo que he
nombrado y lo que afirma Giordani. Lo graves es que la gente no reaccione. El
cura dice misa, sin tiene quién lo escuche.
Fernando Pinilla