Entre pantomimas, arengas vacías y mucha mentira, el 2014 es el año más duro que nos ha tocado vivir en la cuna del libertador. Estas sencillas caricaturas publicadas en los diarios La Voz y La Región, son el reflejo del día día de aquellos que nos toca vivir la realidad tras la farsa de una revolución estéril.
Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!
enero 27, 2014
¿Dónde está la oposición?
¿Dónde está la
oposición? (Columna Trompo en la uña, diario La Región 26/01/2014)
¿Dónde está la oposición? Creo es la pregunta que se hacen
millones de venezolanos en este momento. El país, como se vaticinó, y no se
tenía que ser vidente ni una eminencia en economía, está pasando por el
resultado de una inflación galopante que nos aplasta con su obesidad exagerada.
El año pasado fue un caos, y este que comenzó empeora, pero ha tomado nuevos
rumbos convenientes para seguir tapando las realidades del país. La muerte de
Mónica Spear, lamentablemente, se convirtió, momentáneamente, en una excusa
para arengar, gritar, debatir sobre futilidades y más. ¿Leonardo Padrón y sus teleculebrones de poca
monta (es mejor escritor y entrevistador) son los culpables de las 21.692
muertes, oficiales, que se registraron en el país el año pasado? ¿Es Tabú, de
Natgeo, culpable alternativo de la violencia venezolana, como denuncia un señor
sin ética ni moral, llamado William Ojeda? Caer en este debate es hacer juego a
la pantomima gubernamental liderada por un Nicolás, quién descaradamente ha
usado el tema real de la violencia, como una nueva campaña oficialista sin
ninguna relevancia ni finalidad. Las nuevas tasas oficiales del dólar, es
quizás el único trasfondo de esta cortina que le ha venido como anillo al dedo.
¿Dónde está la oposición?
Cuando la tan anticipada, lógica y obvia devaluación llegó enmascarada
tras el revolcón a CADIVI y las tasas de dólar. ¿Dónde está la oposición? Alguna rueda de prensa, alguna declaración
aislada y estéril, y de resto, los que están en sus cargos recién electos,
silentes, trabajando en medio de una realidad que no da para realmente hacer
nada. Pero cada quién cuida su parcela, cada quién está pendiente de sus
asuntos, de la pantalla, de tirar físico para las ruedas de prensa, si es que las
dan. Mientras tanto, el país continúa con su rumbo, con las metidas de pata
hasta el fondo de los inquilinos de Miraflores, con la inflación, escasez,
carencia de poder adquisitivo, inseguridad, falta de producción, insuficiencia
de dólares para comprar materia prima, y productos faltantes en el país.
Ver como siguen hablando pistoladas todos los personeros del
gobierno, es sencillamente entender que estamos solos en Venezuela. Lo he dicho
anteriormente en este mismo espacio; sería tan sencillo desenmascarar la burla
gubernamental si contáramos con una oposición que buscara más servicio al país
antes que figurar para los flashes. Sería más fácil si existiera un liderazgo
fuerte, más sincero, más transparente; pero acá todo el mundo tiene rabo e´paja
y convenientemente callan luego de
recibir su tajada. Adecuadamente parece que se cae en un down pasada cualquier elección
y se entra en una zona de comodidad que hace olvidar, a los servidores
públicos, nuestras realidades. Nos falta un liderazgo efectivo.
Los venezolanos necesitamos madurar para poder superar esta
situación. Estamos ante un pueblo que acepta semejante tipo de gobierno y lo
legitiman tras cada elección, por mucho o poco margen.
Definitivamente, tanto
el gobierno, como la oposición, son el reflejo de una sociedad extraviada en
sus miserias, en una mentalidad
disociada de la realidad, carente de sentido común y de pertenencia. Si
algo he denunciado, reiterativamente, es la misma pregunta de siempre: ¿A quién
le duele el país? Ver actuar tan oficialista a la oposición y que aceptemos pausadamente
semejante aberración, es una muestra de la falta de conciencia, de la falta de
amor por Venezuela. ¿Quién acepta que se le miente la madre? ¿Quién acepta que
se le miente el país? Acá, muchos.
La realidad abrasiva y corrosiva continúa su efecto dominó
sobre el pueblo, mientras nuestro líderes, o están haciendo una fiesta con la
violencia, sin tomar medidas desde la raíz del problema, o simplemente están
callando conscientemente porque la realidad es una: la crisis afecta únicamente
al empleado, al del quince y último, a aquellos a quienes el difunto llamaba “el
soberano”, aquellos quienes supuestamente deben mandar, pero ni en su casa lo
hacen, porque sencillamente, ni casa tienen los venezolanos con estos precios
absurdos hasta para alquilar una habitación.
El país es una olla hirviente de sancocho. Somos un caldo
espeso de menudencias que, finalmente, no son más que eso. En el calor de dicha
olla nos estamos desmenuzando poco a poco y perdemos nuestra forma, nuestra
esencia. Pero de tanto hervir también nos secamos esperando por liderazgo, por
uno que no llega, porque sobran politiqueros, pero faltan líderes y servidores.
Nos secamos viendo como nuestro dinero se convierte en la sal de dicha sopa, en
nada, porque semanalmente Nicolás y sus estériles medidas lo diluyen en su
verborrea sin sentido, en su infame y descarada postura ante nuestra realidad.
El país, a ellos y otros también, poco les importa.
Hoy la realidad es
que el bolívar vale menos de lo que ya valía, y eso es decir bastante. Si
alguien lo duda, acérquese a Cúcuta o Maicao y entenderá que el “bolívar
fuerte” dejó de hacer ejercicios y le creció el mondongo. Nuestra realidad es que Nicolás liquidó el
aumento del salario mínimo “disimuladamente” ante el silencio de nuestros
“líderes” opositores que aceptan la payasada de los precios justos, de la
cruzada contra la corrupción y la batalla contra la violencia, siendo desde
Miraflores el teatro de operaciones de los más variados programas de ofensas y
vulgaridades. ¿Se olvidaron de La
Hojilla, Los papeles de Mandinga o Cayendo y Corriendo, entre otros? ¿Quién se
olvida de Pedro Carreño en plena sesión de la asamblea (televisada por un canal
oficial) llamando “marico” a Capriles?
Pero no hay oposición, acá solo las viejitas y las mujeres
se visten de héroes y enfrentan a los abusadores del gobierno y a aquellos que
se hacen llamar autoridades, pero son unos hampones. Acá sólo los medios publican la realidad y
somos vituperados por decir la verdad, sancionados de todas las maneras
posibles, incluyendo la carencia de papel periódico para publicar nuestras
realidades.
¿Dónde está la oposición? Seguramente esperando la próxima
jornada electoral.
Fernando Pinilla
enero 13, 2014
Venezuela = muerte y violencia
Venezuela = muerte y violencia (Columna Trompo en la uña, diario La Región 12/01/2014)
La muerte de Mónica Spear y de su esposo, víctimas de
la inseguridad, indignó a un país que reaccionó ante una realidad latente. En
las redes sociales se sintió el clamor de un pueblo lacerado que suplicaba por
paz, pero que al mismo tiempo, temblando de impotencia, exigía la respuesta de
un gobierno que, como el anterior, cierra los ojos ante la realidad de un país
violento, cuya bandera está teñida con la sangre de miles de venezolanos.
Las posiciones estaban divididas. En la red social
twitter, Winston Vallenilla pedía no politizar la muerte de la actriz y de su
esposo en la ARC, a manos de delincuentes.
El debate se calentó, porque se trataba de una figura pública, quién llevaba
a la realidad a aquellos que cierran los ojos a la realidad; la muerte está a
la vuelta de la esquina en Venezuela. Agazapada y a hurtadillas, espera al
acecho a cualquiera que se cruce por su camino, famoso o no tan famoso, para
cobrarles la vida. El problema es que no terminamos de entender y aceptar que
vivimos en un país en el que reina el caos, porque las medidas que se toman son
superficiales y no solucionan el flagelo de la inseguridad, así como tampoco
acaban con la inflación y escasez. La radiografía dice que el problema es
profundo y con fomentos y ungüentos no se puede sanar algo que está arraigado
en las bases de la nación.
La muerte de Mónica Spears
es la punta del iceberg de una mal que late con vida propia y que no hasido frenado con verdaderas políticas sociales, con
el aumento de oportunidades reales de estudio, trabajo y una economía que
invite a trabajar, crear y producir.
Carentes de oportunidades y en medio de un país politizado, dividido por
un discurso violento desde la silla presidencial, la inseguridad y el hampa han
crecido en su presencia en nuestras calles.
21.692 Mónicas
Spears (muertes violentas) se registraron el año pasado, el problema es que son
invisibles para el gobierno y para nosotros, muchas veces. 72 homicidios por
cada 100.000 habitantes fue la tasa que nos convierte en el país más violento
del continente. Venezuela triplica a países como Colombia o
Brasil en su tasa de mortalidad por homicidios, aunque su cifra sea la misma
que la de México, con la pequeña diferencia que la nación azteca tiene 120
millones de habitantes y Venezuela, sólo 29.
Desde la asunción de la revolución, se han puesto en marcha cerca de
21 planes para combatir la violencia, pero además de gastar un dineral en
propaganda política, no se ha generado un cambio real. Como menciono arriba, no
se puede combatir la inseguridad únicamente con presencia policial en las
calles, mientras que el país no ofrezca oportunidades ni mejore su condición
social, cada día más deteriorada. Es como usar paraguas dentro de la casa, pero
con el techo agujereado por todas partes.
El problema es que los venezolanos, sin importar el color político de
su preferencia, callan y aceptan que la nación se convierta en una selva indómita,
inaccesible e insegura. En
1999 se registraron 5.968 homicidios y
la tasa se consideraba alarmante. La revolución pensaba llegar para aplacar
estos índices hostiles que en 2011 llegaron a la escalofriante cifra de 19.336
muertes violentas, y el pasado 2013, a las 21.692, mencionadas arriba. La
violencia se ha disparado en más de un 240% los últimos 15 años según las
cifras que comprobó el Observatorio Venezolano de Violencia. Más de 180.000 asesinatos han ocurrido desde 1999 en Venezuela y la cifra sigue
creciendo. Sin embargo, el gobierno acaba de descubrir la violencia y ya parece
inventará otro plan seguridad. ¿Y la misión A Toda Vida?
El caso de
Mónica Spear encendió las alarmas de un mal que el gobierno ha buscado
silenciar, aplicando censura a los medios que denuncien la mortandad, a la que
normalmente el ministerio público da la espalda dejando impune la gran mayoría.
El caso de la ex miss se mueve rápido, pero, ¿y el resto de venezolanos?
La gran
conclusión a todo esto dice que en materia de inseguridad, como en el resto, el
gobierno está reprobado, y esto no es
politizar la muerte de la actriz y ex miss, sino sencillamente adosarles a los
responsables su cuota de culpabilidad. Los venezolanos no podemos cerrar los
ojos ante la realidad. Lo hacemos ante la escasez de papel tualé y de leche, lo
hacemos ante la inflación y la burla de un gobierno que aumenta en 278 Bs un
salario mínimo que no alcanza ni para comprar un pantalón, y casi nos condena a
usar, como nuestros antepasados, tapa rabos. Callar y cerrar los ojos no cambia
la situación. Justificar nuestro drama diario en nombre de la quimera de la
revolución, de una igualdad y de un respeto que no termina de llegar, no nos
devolverá a esas más de 180.000 vidas perdidas en mano
de la violencia. Basta de pasividad y conformismo.
Venezuela agoniza cada día porque las balas del hampa
nos matan y la indiferencia del gobierno nos deja morir lentamente, casi de
manera sádica esperando no ser el próximo número que aumente las cifras
oficiales. Aunque esta sea una nación 100% religiosa, no se justifica que
nuestra única esperanza esté cifrada en un milagro que venga de lo alto que nos
permita volver a casa cuando salimos, o cuando uno de nuestros seres queridos
se ausenta por algunas horas. Venezuela debe entender que Mónica Spears puede
ser cualquiera de nosotros, de nuestras familias, de nuestras amistades.
Nuestra solidaridad debe ser con los venezolanos y exigir a los responsables de
la paz y de la estabilidad que se tomen las medidas preventivas desde la raíz
del problema y en todos los niveles. No podemos aceptar más que los números sigan
creciendo, esperando a una nueva víctima famosa, para entonces sí reaccionar.
Fernando Pinilla
diciembre 17, 2013
FELIZ NAVIDAD!!
¿Qué más puedo decir para este año que finaliza? Gracias DIOS, gracias a ustedes que siguen siendo el motor de este trabajo. Todo lo que hago es para ustedes. Acá mi tarjeta de navidad!!
Candidatos a alcalde... algunos ganadores y otros perdedores.
Serie de ilustraciones que publiqué con el diario 2001 de Caracas, Venezuela, con motivo de las elecciones municipales del 8 de diciembre. Son súper sencillas, pero me agradaron full.
Venezolanos y Curazao
Venezolanos y Curazao (Columna Trompo en la uña, 15/12/2013)
Cuando el 2 de setiembre de 1812, Simón Bolívar desembarcara
en la llamada por Alonso de Ojeda en 1499, Isla de los gigantes, debido a la
notable estatura de sus habitantes, jamás pensó que sería de los primeros
venezolanos que llegarían por ayuda a la isla de Curazao. En aquel tiempo el
libertador no llevaba consigo una tarjeta de crédito con la esperanza de
recibir piadosamente algunos dólares para volver a su tierra natal y hacer
negocios; realmente Bolívar no llevaría consigo muchas pertenencias luego de
salir al exilio tras la caída de la primera república, ya que todo le había
sido confiscado por los españoles, y la única manera de lograr su salida del
puerto de La Guaira, sería entregando a Francisco de Miranda a las manos de los
realistas.
El padre de la patria caminó, igual que hacemos muchos
venezolanos, por las calles de la hermosa ciudad de Willemstad, ubicando su
residencia en Otrobanda en la zona occidental de la capital curazoleña , aunque
frecuentó, como hacen hoy miles de venezolanos, la zona conocida como Punda, en
aquellas caminatas para visitar a sus hermanas y al judío sefardí,
Mordechay Ricardo, benefactor del
libertador, inspiración para retomar la causa independentista y patrocinante,
junto con la población sefardí de la isla, de la gesta emancipadora.
Paradójicamente ni el difunto ni ningún revolucionario recuerdan que el dinero de
los judíos (tan despreciados por ellos) de la isla fue determinante para lograr
la independencia venezolana.
Aquellas calles calcinadas por el sol son testigos de nuevos
venezolanos que las recorren en busca de auxilio. Esta vez, no hay un opresor
extranjero que hiere a Venezuela, hoy la herida viene de una economía asfixiada
por la mala praxis de los servidores públicos de turno. El control cambiario
impuesto hace una década para frenar la fuga de capitales, ha terminado por
contribuir a crear una fiebre verde. Willemstad que ha destacado por décadas
debido a la presencia de miles de holandeses, curazoleños, en su mayoría,
además de otras nacionalidades; les toca convivir con un nuevo personaje, el
venezolano. Bullanguero, con pintas
estrafalarias y ostentosas, algunos mal presentados (lamentablemente) llenan
sobre todo los hoteles más céntricos, pero esto no debido a los nexos históricos
de Curazao con Venezuela. La mayoría ni saben de la existencia de esta estrecha
relación; ni siquiera lo hacen como parte de un plan de vacaciones familiares,
sencillamente es la oportunidad de acceder a la restringida moneda verde, para
luego traerla nuevamente al país, tras no gastar algunos sus cupos, y así
venderlos en el negado mercado paralelo.
Afectos y detractores del gobierno convergen en la vorágine
creada sin análisis previo por la comitiva gubernamental. Las esquinas de Punda
y Otrobanda están plagadas de letreros que anuncian la posibilidad de negociar
los cupos CADIVI, así como algunos comercios de la agitada capital muestran
orgullosos otros letreros que rezan “Se acepta cupo electrónico”. La franela
Vinotinto, la gorra tricolor y la constante sacadera de cuentas de bolívares a
dólares, se mezcla con el papiamento, el holandés y la música árabe de algunos
comercios de menor envergadura. Aún así
la isla no pierde el encanto y muestra el progreso gracias a la mano del
gobierno de los Países Bajos, que ha convertido a la desolada isla rocosa
habitada inicialmente por los Arawak y posteriormente colonizada por españoles,
ingleses y holandeses, en una potencia turística con un crecimiento económico
que se refleja en la calidad de vida que se respira en todas las calles, no
sólo de la capital, sino de las periferias.
Algunos pocos manifiestan abrazar la bandera roja del
socialismo venezolano con la esperanza de crecer y hasta manifiestan odiar todo
lo “burgues” , negándose a aceptar que Curazao crece y mejora. En esta isla
llena de vida, el que trabaja duro recibe su recompensa, aunque lógicamente hay
personas de menos recursos. El comercio se mueve agitado desde pequeñas tiendas
hasta las grandes marcas con sus vitrinas callejeras, al mejor estilo europeo,
que dan sustento a locales y extranjeros. Venezolanos, colombianos, árabes,
holandeses y surinameses encuentran oportunidad de trabajar en los comercios
repletos de turistas.
Las playas de Curazao muestran un ejemplo para todos. Sin
gozar de un mínimo porcentaje de las kilométricas extensiones de playas de
arenas blancas con las que goza Venezuela; el curazoleño ha aprendido a
convertir las suyas pequeñitas (ninguna de más 2.000 mts) en lugares
emblemáticos de la isla.
Todas las playas tienen acceso con vías perfectamente
pavimentadas, así como modernas líneas de autobuses públicos, en su mayoría con
aire acondicionado, que hacen diariamente recorridos cronometrados y puntuales.
Los modernos buses blancos son una insignia de la isla, y hacen ver accesible
cualquier lugar. Pero como las bellezas naturales no sobran en la isla que se
originó tras la elevación de las placas tectónicas haciendo emerger la roca en
la que hoy se posa Curazao, los capitales privados han convertido sencillas
playas en paraísos para el descanso. Playas fabricadas están rodeadas de
complejos hoteleros lujosos, con todas las comodidades para turistas y locales,
con un servicio de calidad para la estancia. No hay bar o restaurant playero
que no acepte tarjeta de crédito.
Curazao es el epítome de la voluntad hecha logros y del
aprovechamiento de lo que se tiene. En las calles de la isla no se ve miseria,
ni suciedad, por más sencillas que hayan casas. Todo está bien cuidado, y
quizás, el único peligro, son las masas de venezolanos descontrolados que creen
que están en Choroní o La Guaira. Perdimos el civismo y lo queremos trasladar a
otros lares. Ni lejanamente somos ese Joven Bolívar que encontró cobijo en las
calles de Willemstad, que se distinguía por su clase, por su sed de conocimiento
en la biblioteca privada de Mordechay
Ricardo, en la que surgió el manifiesto de Cartagena.
Hoy sólo hacemos ruido, compras alocadas y caos, dejando mal
el gentilicio para otros visitantes; el manifiesto de CADIVI.
Fernando Pinilla
noviembre 18, 2013
Presentación de El misterio del bosque.
Presentación de mi libro, El misterio del bosque, editado por Ediciones COBO en el Festival de las artes y la lectura de Baruta 2013. Aproveché pare compartir con algunas personas y firmarles ejemplares de mi libro. Además tuve el placer, en la misma feria, de ser entrevistado por el gran amigo Román Lozinski de Éxitos FM.
noviembre 04, 2013
¿Existe la suprema felicidad?
¿Existe la suprema
felicidad? (Columna Trompo en la uña, 03/11/2013)
Amigo que me lees… ¿eres supremamente feliz? Es decir, imagino la felicidad bolivariana como un estado de somnolencia en el que la austeridad, la pobreza maximizada a miseria que vivimos a diario, es sólo una mala pasada de la imaginación. En el que el llanto de aquellas madres, viudas, que desgarran los pabellones de los hospitales y de las morgues del país, es el simple eco emitido por las voces macabras, necrofilicas de la oposición. Es más, imagino que la impotencia y el cansancio en los pies al hacer una cola en un mercado y sólo encontrar anaqueles vacios, son el producto de montajes que no nos afectan realmente en ese nuevo estado que, con nobleza, nos quiere dar nuestro amoroso gobierno; ese de las guarimbas quemando cauchos en la Panamericana, ese que a cada denuncia que se hace por la inseguridad, se nos llama “guerrilleros comunicacionales”, o nos ofenden con los más variados e ignorantes términos. Recordemos que, necrofilia, nada tiene que ver con informar sobre la violencia y usar imágenes explícitas.
En la Gaceta Oficial número 40.280 fue formalizada la creación del "despacho del viceministro para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, integrado a la estructura organizativa del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno"… ¿leyó bien? Hagámoslo de nuevo: "despacho del viceministro para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, integrado a la estructura organizativa del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno"… espero lo haya leído bien. No le pido que se lo aprenda, porque este será otro elefante blanco de esos que, bien sabemos, terminan en muchas campañas, logos, vallas, e imagino con eso justifican el desvío del algunos millones. Esta “catinflada”, sin hacer alusión al ex ministro Villegas, quién cantinfleaba la salud del difunto y le mentía al país sin decir algo coherente, no es más que eso… paja. El despacho, del despacho, de la presidencia, de la gestión social, que llega al despacho y depende del presidente, en el despacho (claro está) de la gestión social… y, ¡ahí está el detalle!
El nuevo show de mal gusto del gobierno tiene como finalidad, según Nicolás, coordinar y reactivar las misiones sociales dirigidas a atender a los sectores más pobres en educación, salud, vivienda y alimentación"… ¿Han estado desactivadas? Según tengo entendido, si no me equivoco, las misiones son la vaina más arre… de este país. No hay peor mentiroso que aquel que no piensa las mentiras antes de decirlas, pero como acá el descaro es el pan nuestro de cada día y nuestra pasividad la respuesta ante la burla que nos hacen, se permiten este tipo de exabruptos. Recordemos que este señor, el inquilino de Miraflores, es alumno del más grande embaucador que ha tenido el país. Aquel que prometió cambiarse el nombre si quedaba algún niño pobre en la calle. Que invitó a los jalamecates de Ecuador y Bolivia a bañarse en el rio Guaire, porque él lo iba a sanear (que se bañen hoy, por cierto). El mismo que prometió un parque y hasta el absurdo de un circuito de Fórmula 1 en el parque La Carlota, luego de aquella lejana y casi inservible victoria del dinero más Mal… donado en este país. El mismo sujeto que prometió eliminar ministerios para acabar con la burocracia de “la cuarta”. Hoy su heredero, su ungido, supera al maestro en pocos meses y, peor aún, continúa la torpeza de hablar paja con pajaritos parlanchines, caerse de millones y millonas de bicicletas mientras multiplica penes.
Suprema felicidad… sólo la del magnate Diosdado. Suprema Felicidad la de Arreaza quién defiende este disparate porque es heredero de la fortuna del difunto (Ese sí que se enchufó bien). Suprema Felicidad la de cada uno de los ministros que salen a la calle acompañados de sus escoltas armados hasta los dientes para llegar a sus lujosas propiedades y disfrutar de las mieles del poder, a diferencia del pueblo. ¿Quién no es supremamente feliz sin ser víctima de la inseguridad, de la devaluación que se come al mal llamado bolívar fuerte? ¿Quién no es supremamente feliz viajando, comprando, comiendo, limpiándose el c…? Yo también sería supremamente feliz con todas las lechugas a mi disposición y la de mi familia. Esa misma que al llegar el difunto al poder se cotizaba en 0,5 bolívares por lechuga, y que luego de 7 devaluaciones lo mantienen amarrado a 6,30 para aquellos a quienes quieran vendérselos, porque realmente puede llegar a costar casi diez veces el precio oficial. Espero la explicación de algún defensor del oficialismo.
Definitivamente yo sería feliz bajo esas circunstancias, lo que no estoy seguro es si podría burlarme de aquellos que viven en los barrios. De aquellos que esperan ciegamente recibir la ayuda de ese gobierno que idolatran y que ha jugado con lo más sagrado: la esperanza del pueblo. Aquel gobierno que continúa alimentando el odio y achacando todas las responsabilidades a los que no tiene el poder, porque en este país, parece que se necesita es a Los Caza fantasma. No sé si podría sentarme a ver cómo se desmorona los restos de Venezuela, haciendo caso omiso de aquellos que no tuvieron la suerte de tener por apellido Maduro, Cabello, Izarra, Rodríguez, y tantos otros enchufados, y más que eso, sanguijuelas de este pobre y tragicómico país.
¿Me burlo con mi crítica de Simón Bolívar? ¡No! Lo hago de la estupidez del vice ministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, otro de esos argumentos que buscan sembrar odio en las personas que aún no entienden la magnitud del problema, y seguro votarán por los candidatos del oficialismo; paracaidistas, enchufados y bates quebrados.
Me burlo con ironía y saña de la mentira, del abuso, de ese que la vida, sé bien que un día se los cobrará, y yo lo celebraré con suprema felicidad.
Fernando Pinilla
octubre 21, 2013
El misterio del bosque...
¿Qué más se puede decir cuando finaliza el año y tienes entre tus manos tu segundo libro? Mi segundo hijo, El misterios del bosque, una vez más de la mano de Ediciones COBO, es el resultado de muchos años de trabajo, de amor por lo que hago. Un sencilla historia que espera divertir a los más pequeños. Espero que lo disfruten!!
septiembre 30, 2013
Sin espacio para el humor
Sin espacio para el humor (Columna Trompo En La Uña, 29/09/2013)
El pasado lunes 23 de septiembre tuve la fortuna de inaugurar mi cuarta exposición individual que lleva por nombre “Pinilla a la carta”, en los espacios del restaurant Wok and Roll en Los palos grandes. Uso la palabra fortuna porque ciertamente fue eso. A diferencia de mis otras tres exposiciones, Los teques (2010), UCV (2011) y la itinerante por las plazas de Chacao (2012); es la primera vez que me cuesta tanto montar dicha exposición. Por lo general los patrocinantes sobran y espacios, gracias a Dios, tampoco han faltado. Sin embargo, esta vez, la cosa no fue similar, como lo comenté en dos entrevistas por radio el mismo día.
El gran problema, increíblemente era el miedo de muchos
espacios destinados al arte, en cualquiera de sus vertientes, a mostrar la
caricatura crítica. Esta vez me enfrenté a un pánico visceral, un miedo que no
daba espacio a la duda. La caricatura no se puede exhibir por pánico a las
represarías de un gobierno enemigo de la crítica, de la punzante denuncia que
hace un dibujo con una mancheta. La caricatura, como en tiempos de Juan Vicente
Gómez, no es bien recibida en muchos espacios por temor a ser afectados por
alguna simple denuncia que no guste al gobierno.
Cuando hace un par de meses el gobernador Henrique Capriles
me honraba con la orden Leoncio Martínez “Leo”, no dejé de meditar sobre quién
era este insigne venezolano. Martínez, al igual que yo, y salvando las
distancias que me divergen de semejante personaje; amaba la comunicación, en
cualquier modalidad. Inquieto por naturaleza fue publicista, periodista,
compositor musical; pero sobre todo y ante todo, como él lo resaltaba,
humorista gráfico. Con sus caricaturas criticó la dura mano de hierro que Gómez
usaba para aplastar a sus compatriotas y más a sus enemigos políticos. En
aquellos días de terror, Martínez terminó en más de una ocasión confinado en La
Rotunda junto a Francisco Pimentel “Job Pin”, otro gran caricaturista al igual
que Martínez; perseguidos por el simple hecho de generar crítica, de no callar,
de jamás soslayarse de su responsabilidad ciudadana de pensar, de analizar y no
ser conforme ante las situaciones que sufría el país.
Gran ejemplo ha sido para mí Leoncio Martínez “Leo”. Un ejemplo de creatividad,
de temple, de compromiso, pero sobre todo de venezonalidad. Hoy cuando las
personas agachan la cabeza y buscan conformes su kilo de leche y lo pelean con
su vecino, recuerdo más la templanza de aquel que prefirió estar preso que
callar. Eligió perder sus derechos en manos de un gobierno que no dista de
este, a ser partícipe ni cómplice con su silencio de las barbaridades que los
gobiernos dictatoriales, siempre de delirios mesiánicos, cometen.
“Pinilla a la carta”, aunque paradójicamente no es una
muestra 100% crítica y por el contrario es una exposición variada de mi trabajo
en la prensa nacional y regional, es una humilde heredera de la lucha de
Martínez “Leo”. Hoy cuando vemos mojigatos personajes políticos que pelean por
sus parcelas de comodidad política, hoy cuando muchas galerías cierran las
puertas a la crítica por miedo; cuando los propios restaurantes dispuestos a
exponer caricaturas se vetan a sí mismos como hacen los medios de comunicación
por miedo de recibir alguna reprimenda, es vital recordar a los venezolanos que
lucharon por legarnos un país libre, que ahora, tantos años después, vemos
perderlo entre la mentira, la promesa incumplida, la demagogia y el populismo.
Mientras canales como Globovisión muten de bastiones de la
información y la opinión a simples canales de entrenamiento, caminamos por los
oscuros senderos de la opresión. Mientras medios de comunicación, galerías,
restaurantes, personas simplemente opten por silenciarse voluntariamente, damos
entrada libre al comunismo que tanto se ha temido, a la dictadura que venimos
denunciando, disfrazada de leyes, pero enemiga del pluralismo, de la libertad
de expresión y en la búsqueda de imponer un modelo único para el pueblo: el
miedo que engendra miseria.
Inaugurar mi exposición de caricaturas me permitió entender
ese miedo que ahora nos arropa, nos ahoga, asfixiando nuestras críticas,
constitucional y moralmente permitidas.
No podemos vivir en democracia cuando el humor que tolera el gobierno es el que
se burla de Capriles únicamente. Pseudo humor gráfico que vemos en páginas como
La Iguana o en pasquines informativos del régimen como Ciudad “Ficticia” CCS.
Laureano Márquez en las palabras que escribió para mi exposición en la
Biblioteca Central de la UCV, dejó descrita la importancia del humor en los
tiempos oscuros como los que vivimos: “El
humor surge siempre con fuerza, cuando la arbitrariedad del poder nos agobia,
porque el humor es el patio de recreo de la libertad”. Lo creo y así lo vivo. Cuando
no podemos reír estamos jodidos. Si el gobierno no acepta la crítica que un
lápiz dibuja en un papel, entonces, caminamos inequívocamente por una dictadura
represiva como tantas que han odiado la caricatura.
Aunque siempre
los políticos han querido signar el estilo del humor, desde la caída de Pérez
Jiménez, no vivíamos tiempos tan sensibles en cuanto a la libertad de expresión
y el derecho a ejercer críticas. Mi profesor, Carlos Galindo “Sancho”, gran
caricaturista de la prensa nacional, y hoy, luego de luchar mil batallas por la
libertad de expresión convertido al oficialismo, solía narrarme una anécdota de
la cuarta.
Durante el gobierno de CAP, Sancho lo representó de una forma que no
agradó al entonces presidente. Este, lo invitó a Miraflores a almorzar, tiempo
que aprovecho el primer mandatario para reclamar haber sido dibujado de aquella
manera. Sancho le preguntó: ¿En alguna foto sale usted así? a lo que CAP
contestó obviamente que no. Entonces sólo es una caricatura que representa un
tema de interés, sólo eso. CAP entendió y todo el tema quedó ahí. Me pregunto:
¿habría reaccionado de igual forma el difunto o Nicolás?
Callarnos es
permitir que la sombra cubra el país.
Fernando Pinilla
septiembre 26, 2013
Exposición, Pinilla a la Carta.
El 23 de septiembre pude inaugurar mi cuarta exposición individual y fue todo un placer. Acá les dejo Algunas imágenes de todo lo relacionado con este momento tan especial para mí.
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