marzo 29, 2010
¿Para qué preocuparnos?...
¿Para qué preocuparnos? (Trompo en la uña 28 de Marzo de 2010 Diario La Región)
¡Alto, paren todo!, ¡monos de vacaciones papá! Llegó por fin semana santa, la semana mayor, el asueto más esperado del año, porque la rumba es seguida, corrida. Playita, las birritas, las jevas, ¡psssss y todo bien!
¿Para qué preocuparnos?, por uno días nos escapamos de la cruda realidad y corremos desenfrenados, cual caballo en clásico hípico detrás de la farra, el exceso y el afán de colapsar las autopistas, aeropuertos, terminales de autobuses, playas, lo que sea, donde sea y como sea.
Yo los apoyo, de verdad, y repito la pregunta: ¿para qué preocuparnos? Yo lo haría de corazón, si en el país viviéramos una cruda realidad llena de crisis en todos los ámbitos. Pero recuerden que vivimos casi, en el ansiado Marx de la felicidad. ¿Entonces? Vive la vida, entrégate al placer de tomarte tu cañandonga en paz, echado en la playa, buceando a la mujer del pana de al lado, que todo estará bien en tu ausencia.
El país seguirá andando, con los motores de la Robolución a toda marcha, generando, progresando. Es decir, generando caos, progresando en la corrupción administrativa, una de las carreras de más auge en la universidad bolivariana, cabe destacar.
Por eso ve buscando tu cava, compra toda la caña que puedas, que este asueto que se acerca; sentido, de recogimiento espiritual, de reflexión interna… pa´ los religiosos, no para nosotros, debe ser disfrutado desde la cola del viernes en la noche, hasta la cola del domingo de regreso, algo así para darle un nombre: de cola a cola.
Ojo y no estoy criticando, sería incapaz de eso, mi religión lo impide, simplemente trato de esbozar el panorama que espera los próximos días. Nos imagino corriendo como Baywatch por los cayos de morrocoy, con la lipa cervecera al aire, la piel blanca y cetrina, el vaso en la mano (ese no puede faltar), lógico con algún néctar de grado alcohólico considerable y de precio nada accesible. Es así como por varios días le aplicaremos luz roja a todos los demás compromisos, en los que no nos enteraremos de nada, ni de la nueva ley que seguro se aprobará en esos días por parte de la asamblea, recuerden que ellos les encanta trabajar por su compromiso Robolucionarios hasta altas horas de la madrugada, vacaciones, días festivos, porque ellos aplican como lema lo que dice la canción de Alejandro Sanz: cuando nadie me ve, puedo ser o no ser…
Y como nosotros en ese momento estaremos disfrutando de una muy buena fosforera en Margarita, pendiente de poder traernos así sean tres botellas de whisky un “pelín” más baratas, no nos enteraremos ni siquiera de a cuantas personas el hampa les expropiará la vida en esos días.
Somos ciudadanos muy informales, del tipo despreocupado, por no decir desinteresados, de una frialdad que el mismo Capitán Frío de Batman, se quedaría helado al lado nuestro. Van pasando los hechos y ni nos percatamos, pareciera que nada nos hiciera espabilar ante las cosas que acontecen diariamente, pero ya lo he repetido reiterativamente: ¿Para qué preocuparnos?
Mejor pensemos en buscar la platica que se nos va a quedar en estas vacaciones. No amigo lector, no me refiero que se nos va olvidar, sino que la dejaremos en las arcas de muchos negocios, desde la señora de los manjares lípidos en la playa, pasando por la licorería, dónde recargaremos nuestras reservas alcohólicas una y otra vez, hasta quedar inconscientes en la playa.
Así somos, y nada nos cambiará, y ojo no estoy criticando, creo esta “informalidad desmesurada” nos trae ciertas recompensas. Primeramente, nunca nos enteramos de nada, y cuando las cosas malas pasan somos los últimos en comentarlo, así no nos llenamos de tanta “malas vibras” y lo mejor de todo, no tenemos compromisos ni con los buenos, ni los malos, vivimos cada uno como nos apetece, y el día que nos tengamos que ir, lo hacemos sin remordimiento.
Yo los aplaudo, de verdad, no me mire con cara de que estoy loco, usted mi fanático lector, amante de mis escritos. No, para nada, sencillamente dejemos todo, hagamos un “stop”, vocablo imperialista que se traduce en “alto”, una luz roja rojita, y disfrutemos del significado de la semana santa, perdámonos por unos días sin culpas, hagamos nuestras habituales colas, que generalmente son a la oficina o la universidad, pero esta vez con destino a la diversión, al descanso, al desenfreno. Usemos el moderno sistema de infraestructura vial y turística que goza el país, gracias a la Robolución, y recordemos que “Venezuela ahora es de todos”, pero de todos lo que no sean autónomos en sus pensamientos.
Vamos a cumplir con una de las palabras de moda… desconectar, pero no los cargadores de los celulares; desconectarnos de la realidad, de la tan pesada realidad que cada día no ahoga en un océano de dudas, de ansiedad que seguro liberaremos en nuestras carpas (los que así prefieran) en las hermosas costas venezolanas. Olvidémonos de Chávez, de la Mesa de ping pong, ¡digo!, de la unidad.
El único inconveniente que veo, es que si usan carpas, difícilmente se podrán olvidar de recordar la madre de algunos en el gobierno, cuando no consigan papel toilette, uno de los tantos rubros que escasean hoy en día en los anaqueles de los supermercados, que parecen víctimas de la kriptonita, porque de “super” no tienen nada. Pero en fin, a falta de papel toilette, escuché decir que buenas son las hojas de uvita playera. Así que no desmayéis, porque todo tiene solución.
Al fin llegó semana santa, la semana en que recordamos la muerte y resurrección de Jesús, pero en la que lo que lo más cercano a algo espiritual que haremos, será el consumir bebidas “espirituosas” (sin que esto implique espiritualidad), y al único santo que le rendiremos culto, será al “sancocho”. En definitiva, ¿Para qué preocuparnos?, mejor alistemos las maletas y preparémonos para divertirnos, y no caigamos en la tentación en estos días santos, de pecar de aburridos.
Fernando Pinilla
marzo 25, 2010
Pensé que lo había visto todo...
Pensé que lo había visto todo (Mi sección en el diario La Región, "Trompo en la uña" 14 de Marzo).
Estando en la ciudad de Bogotá, ciudad llena de lacayos del Imperio que se deleitan en inmensos centros comerciales iluminados de forma descarada, por allá por noviembre de 2007, en compañía de algunos amigos que hicimos el esfuerzo de ir a esta ciudad, y llamo esfuerzo porque díganme si no lo es, tener que ver tanto orden, tanta abundancia en comida; buena y barata, para presenciar el encuentro de eliminatorias al mundial de Suráfrica 2010, entre las selecciones de Colombia y Venezuela.
Recuerdo que al llegar al estadio Nemesio Camacho “El Campín”, nos encontramos con un reducido número de compatriotas, soberanos todos. Nosotros asistíamos, lógicamente, luego del tortuoso y casi sádico proceso de solicitar nuestros dolares a Cadivi, para poder presenciar el esperado encuentro.
Ese grupo muy bien identificado como miembros de la Federación Venezolana de Futbol (así se le llama a cualquier familiar, o pana de algún funcionario de este organismo) comenzarían a hacernos quedar en ridículo, cuando cuatro compatriotas, soberanos también, llegaron al mencionado estadio luciendo una corona y franelas con una frase muy de moda por aquellos días, proferida por un monarca de la península Iberica al que no mencionaré, para con nuestro presidente.
Lógicamente la reacción inmediata del grupo de parasi… ¡digo!, De seguidores de nuestro primer mandatario, afectados psicológicamente por el episodio, fue enardecida, ya que jamás habían visto como se podía irrespetar a un hombre, que es incapaz de usar algún tipo de palabra descalificadora y o u ofensiva, con otro semejante. Fue entonces cuando la policía, esbirros del Imperio, tuvo que arremeter contra el pequeño altercado que se estaba dando en las gradas.
El desconcierto en el estadio, por supuesto era general. Un silencio lo invadió completamente en aquella tarde gris bogotana, cubierta por un cielo plomizo, hasta que un solitario grito lo rompió de manera iracunda: “parce, la idea es que nosotros los ofendamos y peleemos con ustedes, no que se den una muñequera (pelea, golpiza, paliza en colombiano) entre ustedes mismos”…
Sin embargo era normal, no para nuestros vecinos, sino para los que observábamos los acontecimientos sin decir nada, ver una trifulca (ahora sí, pelea en venezolano), entre rojos rojitos y opositores. Ese día pensé que lo había visto todo, sin embargo como siempre, el tiempo sabio en todo lo que hace, se encargaría de demostrarme que me había equivocado, y esta semana tuve que repetir de forma cansina el mismo pensamiento.
Lo especial en esta oportunidad, no es que veía a un escuálido, enfrentándose a un bolivariano “mesmo”, no, más vergonzoso aún. El país, el continente, el mundo, y si hay vida alienígena en alguna parte del universo, también fueron testigos, de una pelea, al mejor estilo de kick boxing entre miembros de mi tan amada “mesa de la unidad” en una reunión celebrada en Valencia. Reunión esta última que según un vocero de la “brillante mesa”, tenía como intención fomentar el diálogo y el entendimiento entre los partidos políticos que quieren postular sus candidatos a la Asamblea Nacional.
Realmente nada más lejano a la realidad. Vamos a estar claros, y no nos hagamos los paisas. El rollo que vivimos los venezolanos, tiene como uno de sus ingredientes, por no decir el principal, la paupérrima oposición que se hace desde las toldas políticas, dónde todos los intereses, la sed de poder y las ganas de figurar, ciegan el objetivo general que no es otro que el renacimiento de una nueva Venezuela, cual ave fénix desde sus cenizas. Pero es que a éste pobre pajarraco que quiere alzar el vuelo, lleva demasiado peso por parte de oficialistas y opositores, que no lo dejan levantarse, sacudirse y emprender el vuelo. Es decir esta cuerda de personajes, pesan más que un matrimonio a la fuerza.
Me pregunto: ¿será que en diez años de fracasos, de desatinos, de poner la cómica, tan pero tan brillantemente, que podrían haber sido nominados junto al oficialismo, como mejores actores de comedia para el Oscar, no han aprendido nada? De corazón, así hablando con claridad creo que no. La realidad es que lejos estamos de tener una “UNIDAD”, palabra sencilla compuesta por seis letras, tres consonantes y tres vocales, del latín unĭtas, -ātis, acción simultánea que tiende al mismo fin, irrompible, inseparable, uno. También puedo explicarlo gráficamente, si es que el concepto es demasiado avanzado para todos estos estudiosos, que de verdad no necesitan de “Primarias”, sino de “primaria” para entender conceptos básicos como este.
A veces pienso que toda esta cuerda de muérganos (rojitos y supuesta oposición) están mancomunados, jugando a Monopoly, con nosotros, es decir ustedes lectores míos y este humilde servidor, y lo único que quieren es o manejar el banco o caer en “parada libre” y llevarse la cochina. Y mira que la cochina de esta Ave Fénix es inmensamente rica, por más despilfarros que se hagan con todo el dinero suyo.
Nada justifica el circo, y si por lo menos fueran el circo du soleil, que armaron en Valencia con los asaltos de kick boxing en la mesa. Realmente un derroche de mal gusto, comparable con los shows humorísticos de cada intervención de algún funcionario del gobierno, y una radiografía de la realidad que se vive, y que desnuda, dejando todos los cueros al aire, y por supuesto la verdad, un estado más precario que el de los hospitales venezolanos, que ya es bastante decir.
Pensé que lo había visto todo en Bogotá con la pelea entre “venecos”. Creí que ya no se podía hacer más ridículo que el de detener a media ciudad capital, y realizar una cadena para inaugurar una “arepera socialista”, que por cierto me comentan que los guisos son buenísimos. Iluso yo, porque cuando ya todo estaba dicho y visto, pasan las cosas más increíbles, como el queso que realizó un chef de Manhattan con la leche materna de su esposa, o que la “mesa de la unidad”, en definitiva trabajan duro, realmente muy duro pero para continuar haciendo la cómica.
marzo 23, 2010
marzo 15, 2010
ANIVERSARIO... Diez años de haber publicado mi primera caricatura profesionalmente!!
¿Cómo comenzar estas breves palabras? De verdad no sé, aunque realmente ya las comencé si se dan cuenta, y lo hice con la pregunta que me formulé, y para no volverme un rollo, mejor dejo que la cosa fluya piano piano y sigo escribiendo, mientras pueda mantener el hilo de la idea…
Se me acabó el hilo… ¡no!, mentira, era una broma. Mala, pero broma al fin. Lo importante es lo que me trae para acá a quitarte tiempo valioso de tu día, que lo puedes usar en cosas más útiles, por ejemplo: Facebook, Twitter o cualquier otra comunidad virtual en la que puedas gastar tus horas, minutos y segundos. Pero como sé que me quieres, y sé que vas a dejar de malgastar tu tiempo chismeándole la vida a otro, y vas invertir a leer estas líneas, aunque sea para quitarte el fastidio de mi, sigo entonces con mis palabras. Espero sean breves eso sí, para no ser cansón.
Hoy cumplo diez años de estar ilustrando. Sí, en serio, una década. Eso significa que estoy diez años más viejo que cuando arranqué, más calvito y más limpio, porque los que creen que porque trabajo con un viaje de clientes a la vez, me estoy haciendo rico, déjenme decirles que no es así. Lo que sí es cierto es que en estos diez años, en los que he luchado contra muchas cosas, he sido feliz cada vez que empuño un lápiz, cada vez que veo impreso el resultado de horas invertidas y más aún cuando veo el cheque en mis manos del pago.
Hablando en serio quiero dejarles una reflexión y un agradecimiento. No como los de los discos de algún grupo o artista musical, que nombran a Juanito Pérez y familia uno por uno. Al productor, al mensajero, al que le llevó el café, y cualquier individuo que se cruzara durante la producción del disco. (Así que si esperabas ver acá tu nombre, lo siento, pero será pa´otra ocasión).
La breve reflexión que les dejaré, nace de entender que dibujar, que hacer humor es mi vida. Que para mi persona es un compromiso con aquellos que ven mi trabajo, que lo aprecian día tras día, que sienten, en el caso del diarismo, que es parte de su voz expresada en un pedazo de papel. Aquellos que se sonríen cuando ven un simple dibujo (para muchos a primera vista), que llena la página de algún libro, revista o periódico.
Sin embargo, es mucha la gente que no valora el trabajo que realizo al igual que muchos otros colegas. Simplemente dejo en su mente, que Dibujar y hacerlos reflexionar con una imagen, es un don que Dios nos dio, para satisfacción nuestra y para donarlo a ustedes. Valórenlo.
Y el agradecimiento no puede ser diferente. Es corto pero sentido. Gracias, de verdad gracias a todos ustedes, que durante estos diez años han creído en mí. Que me han motivado y acompañado en los momentos difíciles, y también en de los logros. Aquellos que me han abierto una puerta y han permitido que mi trabajo sea parte de sus vidas, de sus proyectos.
A todos espero seguir contando con ustedes, seguir siendo parte de sus vidas. Mi agradecimiento sincero y eterno, mi talento es suyo. A Venezuela; mis manos, mi mente y mi corazón.
Espero que ésto sea solo el principio… y para no aburrirlos, solo les digo que: colorín colorado, esta historia no ha terminado… ¡que la conspiración continúe!
Fernando Pinilla
marzo 08, 2010
marzo 01, 2010
TROMPO EN LA UÑA
Les dejo el escanneado de mi columna en el diario La Región. Uno cuando aún no tenía nombre definido, el segundo ya armadito completamente. Es una grán oportunidad de expander mi carrera como humorista, y tocar la escritura que aunque no soy un letrado, complementa mi trabajo, que se basa también en palabras.