marzo 25, 2012

Miedo al humorismo



Miedo al humorismo (Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 25 de Marzo 2012)

Dicen por ahí: nada duele más que la verdad. Y creo esa verdad causa aún más dolor, cuando ésta, viene cargada de humor; y molesta muchísimo más, cuando ese humor, no solo viene en letras sino dibujado.

En las últimas semanas se han vuelto a disparar las alarmas sobre la cercenada libertad de expresión que habita en el país. Derecho que siempre es el primero en ser golpeado por aquellos actores políticos, que no gustan de ver sus errores vueltos una sátira en una caricatura; sin darse cuenta que son ellos mismos quienes convierten cualquier noticia en payasada, en ironía.

Esta vez los blancos de los ataques frontales y desesperados fueron mis colegas Rayma Suprani; El Universal, y Roberto Weil; Tal Cual, quienes con sus plumas y lápices mordaces y llenos de humor frontal y sin pelos en la lengua, o en este caso en el grafito, desnudaron las verdades que tanto intenta ocultar el gobierno desde el fortín de la mentira y de la verdadera manipulación mediática del imperialismo (pero del imperialismo de estado que ha implantado este régimen abyecto); es decir desde VTV, o el “canal 8”, como lo solemos llamar.

Ambas caricaturas mostraban realidades que no hay que ser humoristas para decirlas, para reflejarlas con el absurdo que representan. La de la dama del lápiz; Rayma, como siempre muestra una cruda realidad como es la violencia, o como en otras que reflejan el fracaso de las misiones. En una casita de perros un hombre disfruta del “vivir viviendo” de este gobierno. Por su parte, el lápiz de Weil, nos muestra a un militar inculcando a dos niños, lo que el oficialismo hace todos los días: división. Abriendo un grifo, ven caer agua “afro descendiente” cansados de solo aguas blancas, uniendo de forma magistral varios temas risibles del gobierno. El primero: la crisis del agua, que solo en las cúpulas gubernamentales no logran ver o saborear, porque ellos solo tomarán, seguramente, agua mineral; quizás marca Perrier. Los invito a probar el agua que tomamos en Altos Mirandinos, dándose un paseo por el embalse de La Mariposa y el mega cultivo de Bora, que cada día destruye la calidad del agua que consumimos y usamos. Y el segundo tema, aquel “respeto” que exigía el gobierno por las afro descendencias, convirtiéndolo en un circo, en el que llega a ser una ofensa, hasta el llamar “negro” de cariño a alguien. Qué ironía que fuera el propio presidente Chávez, quien en varias alocuciones posteriores a esa pantomima, llamara en cadena nacional, y en actos oficiales, “negra” a cuanta mujer participara es sus misiones.

Es así como desde VTV y el PSUV, se han levantado las voces indignadas contra esos desgraciaditos, plastas, apátridas, culilluos, majunches, pendejos, opositores putrefactos, con sus victorias de mierda (todas estas, algunas de las ofensas que ha proferido el primer mandatario, con su léxico de respeto y de amor hacia la oposición), quienes han denunciado la falta que representan las mencionadas caricaturas; el odio que siembran, el racismo y la xenofobia.

Creo lo más risible son los personajes que han salido a la palestra a convertirse en defensores de la moral, las buenas costumbres: Diosdado Cabello, Mario Silva y Pérez Pirela. Tres señores que intentan convertir la verdad que encierra el humorismo, en ataques pagos por ese “Imperio” de fantasía con aires de Guerra Fría. Tres nefastos personajes que incitan a la violencia, que llaman a la división, que ofenden descaradamente amparados por el apoyo gubernamental, y que sus léxicos dejan mucho que desear, sino, invito a ver un programa de “La Hojilla”.

El desespero es total, porque el humorismo gráfico, (el verdadero, no ese que es tarifado por un gobierno) es letal y doloroso para aquellos que viven en la mentira, que intentan mantener y defender la falsedades que nos quieren pintar un país próspero, pujante, sin problemas. Pero la verdad, es que los únicos que pintamos algo y con la verdad, somos los humoristas gráficos.

La realidad es que nuestro trabajo es libre, y nuestra única finalidad es la de reflejar la verdad con visos de exageración. La esencia es la realidad, como diría el gran Vladdo de la Revista Semana de Colombia: Los humoristas podemos exagerar la verdad, pero jamás inventarla. Las caricaturas que quieren convertir en focos de defectos, no reflejan los males de los que las quieren acusar; por el contrario muestran en su simpleza y directo mensaje gráfico cargado de ironía, el fracaso de los programas gubernamentales como la Misión Vivienda, que no termina de solucionar ni mínimamente el problema habitacional nacional, y la violencia que nos consume cada día. Basta salir a la calle y orar por llegar con vida. Venezuela está manchada de sangre.

Las caricaturas mencionadas no son enemigas del pueblo como quieren hacer ver, por el contrario denuncian lo que el irrespetado soberano, no puede hacer para que los escuchen. El problema es que cuando el humor satiriza los males en tiempo electoral, el desespero crece, está a flor de piel, y hay que buscar la forma de tergiversar todo lo que pueda mostrar la realidad del país. Hay que seguir mintiendo como hacen diariamente, hay que seguir negando que los errores están a la orden del día, porque es letal para una campaña presidencial sustentada en una gestión plagada de defectos y de puntos débiles visibles para todos.

Sería interesante escuchar alguna vez al oficialismo asumir alguno de los males que aquejan al país, y no intentar delegar la responsabilidad en terceros (generalmente opositores) para salvar sus pellejos del escrutinio que igual sufren de parte de las personas de a pie.

El humor no puede ser vetado, ni mucho menos manipulado. El humorismo no puede ser falseado, porque su mensaje es único: la verdad. Podrán llamar a la violencia y agresión como han hecho con Rayma, podrán intentar mentir sobre el mensaje de weil, pero el humorismo nunca dejará de ser.

Fernando Pinilla

marzo 19, 2012

Vida de Perros

Vida de Perros (Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 18 de Marzo 2012)



Decía Mahatma Ghandi: La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que ellos tratan a sus animales. Esta frase está más vigente que nunca luego de más de medio siglo, Venezuela no escapa a este interesante escrutinio moral.

Cuando veo tantos perros en la calle, comúnmente llamados "CaCri" (Callejero Criollo), es difícil no pensar en el atraso en el que vivimos como sociedad. La cita de Ghandi se hace ácidamente más real, más cruda, cuando pensamos que si a diario vemos a niños en la calle mendigando comida y sin estudios ¿Qué podemos esperar para nuestros animales, en este caso, nuestros perros?

Son miles de canes que hacen vida en la calle diariamente sin protección, sin alimento, sin respeto por su integridad y sus necesidades. Un día de cada uno de ellos puede ser en resumen lo que llamaríamos: "una vida de perros". Sus noches no son como la de aquellos afortunados perritos que tienen la dicha de tener un hogar para abrigarse, el calor de una familia para ser consentidos, un buen plato de alimento y un envase con agua fresca. Para el "Callejero", la noche no es más que un desfile itinerante que los lleva de un lado a otro, debajo de algún carro o alguna esquina de la ciudad. Quizás a un matorral que termina en nido o "cueva", tras ser excavado por estos improvisados mineros de cuatro patas. De las horas que, por lo general, descansa un perro doméstico, estos peregrinos solo llegaran a usar algunas; de resto caminarán bajo la mirada curiosa de la luna; bajo las frías gotas de la lluvia que a nosotros los humanos, mientras dormimos cálidamente en nuestras casa, nos relaja.

Su día comienza en su misma noche, no hay diferencia, sólo que uno es más iluminado. Sin agua fresca para tomar, deben recurrir a cualquier charco o agua empozada en envases, cavidades o cauchos en la basura. Por lo general el agua está totalmente contaminada y, en mucho casos, fétida. Pero no hay muchas opciones, la sed apremia.

La comida diaria no llegará de la bolsa de alguna prestigiosa marca de alimento para perros o de cierta mezcla de carnes, arroces y más. En los cestos de basura públicos, en algún desecho tirado por nuestro civismo —muchas veces llevado en los pies— se consigue el pan diario, la merienda o pequeño bocado que quizás consuman en todo el día; o por qué no, en varios.

El sol ardiente que lleva al asfalto a temperaturas infernales, los autos que amenazantemente los acechan a diario una y otra vez en cada intento desprevenido de cruce; son sencillas trampas mortales. Los ataques de otros canes callejeros que no lo piensan dos veces para armar quilombos en cualquier lugar; sea por comida, alguna hembra o sencillamente por su instinto de dominio de ciertos territorios. Y no sólo eso, a lo anterior se suma los maltratos de aquellos seres humanos que muestran su distante realidad de esta clasificación, valientes agresores de un indefenso ser, que sólo tuvo la mala fortuna de no ser querido por alguna familia. Estos son los peligros que deben sortear normalmente en su jornada. Su día es una lotería, un bingo en el que el número ganador de infortunio, puede salirle a cualquiera de estos inocentes con más rapidez de la que podemos pensar.

Este pequeño itinerario canino, muestra cómo es una "vida de perros"; muy vagamente, cabe destacar. La realidad es que sin necesidad de recurrir a números ni estadísticas, son miles los casos de maltrato y abuso que sufren a diario estos nobles animalitos. Son llamados con regularidad: el mejor amigo del hombre, sólo que pareciera que esto lo saben los canes, pero no muchos animales irracionales de dos patas. Las agresiones vienen y van, el desprecio está a la orden del día y no priva la caridad, la consideración, ni el temor por hacer daño a un ser que sólo intenta sobrevivir en una sociedad inescrupulosa en la que no tiene cabida.

Las asociaciones encargadas de velar por la vida de estos simpáticos personajes de las calles no cuentan en el país, por lo general, con suficientes recursos para ofrecer un cuidado de calidad y así poder reubicarlos en hogares adoptivos. Sin embargo, con las uñas rasgan y, aunque en pequeña proporción, logran darle la "patica" a muchos necesitados de cuatro patas.

Quizás una de las iniciativas más llamativas y esperanzadoras viene de la mano, o del "ala", del famoso pajarito azul de la red. Desde Twitter, nació la cuenta llamada @Perrousuario. Una iniciativa representada por varios jóvenes que intenta dignificar a muchos de estos perritos que hacen su vida en las estaciones del Metro y sus adyacencias; brindando asistencia, una red de auxilio de usuarios del subterráneo y de autoridades y, una campaña de concientización para el respeto de la vida de estos pequeños e inocentes amigos.

Ojalá muchos seres humanos siguieran estas iniciativas y apoyaran a las sociedades encargadas en servicio desinteresado hacia los perros de la calle. Pero aún más importante; ojalá que los hombres entendieran la importancia de brindar amor y respeto a estos seres carentes de afecto, pero desbordados de amor para dar. Qué hermoso sería que a nuestros niños les enseñáramos a no lanzar piedras que lastiman, sino caricias que suavizan sus días. En la maldad de aprovecharnos y abusar de un indefenso animal, está el reflejo de lo que somos como sociedad. En la frialdad para lastimar y no ayudar a los desamparados canes heridos, se nos refleja el nivel de salvajismo que vivimos.

Te animo a ti que me lees en este día, no sólo a decir: ¡¡tiene razón!! Que lo haga otro. ¡¡No!! Te invito a dar una mano (por pequeña que sea) para proteger, ayudar y concientizar sobre este tema. Seguro recibirás una movida de colita en agradecimiento eterno. ¡Wof, wof!

Fernando Pinilla

marzo 14, 2012

Recientes...

Algunos trabajitos para las revistas CLIMAX, Gaceta Hípica, Lider en Deportes, La Voz/La Región y uno personal.