Perezas amenazadas (Columna Trompo En La Uña, diario La Región 7 de Abril de 2013)
Perezas amenazadas
Las garras se aferran con fuerza a la tierra. Aunque es una cría, es
complejo poder moverla del propio suelo por dónde se arrastra, luego de haber
realizado la travesía de cruzar una calle que, por suerte, no es una de las más
transitadas del municipio Los Salias. La Pilosa, mamífero conocido como pereza
o perezoso, pertenece a la familia de los folívoros del cual existen más de 50
géneros distintos aunque puede agruparse en dos grupos: de dos dedos y de tres
dedos. Pueden llegar a medir más de un metro y se caracterizan por sus
movimientos lentos y usar la mayor parte del tiempo para dormir.
Estos indefensos mamíferos son típicos
de los bosques tropicales de América Central y del Sur, y en San Antonio
de los Altos, protagonistas del abandono por parte de las autoridades
competentes. Aunque existen políticas ambientales en el país para la conservación
de la diversidad biológica y solicitudes de medidas de protección
para la fauna silvestre ante la fiscalía, la realidad es que es poco, en materia de salvaguardar especies.
A diferencia de otros países latinoamericanos
en los que se encarna una lucha férrea para la protección de biodiversidad, la
realidad venezolana y en nuestro particular, del municipio Los Salias y los
Altos Mirandinos, las políticas son casi nulas. La presencia del pequeño
mamífero, según denuncian los vecinos de la comunidad, ha venido mermando. La
ocupación del hábitat natural del perezoso en el municipio parece la causa más
probable a primera vista. Aunque existen ordenanzas municipales es preocupante
el tema de la tala de los bosques para la construcción de viviendas y algunos
complejos habitacionales. A esto se suman los tendidos eléctricos y el tránsito
de vehículos que terminan siendo mortales para las perezas. San Antonio ya no
es seguro para ellas.
Para los habitantes de esta localidad
no es un secreto la disminución de
especímenes del perezoso quién reinaba en casi todo el municipio y era
frecuente verlos trepados de árboles, cruzando alguna carretera, solos o con
sus crías. Hoy lamentablemente son presa de un
cerco que se ha venido realizando debido a la intervención humana y que
las mantiene acorraladas, a los pocos especímenes que quedan, en las zonas de
Potrerito, El Cambural, La Suiza y San Luís, entre otras.
“No existe ningún censo municipal y
puedo afirmar que tampoco nacional” explica Gabriel Mazzei, encargado de la
dirección de ambiente del municipio Los Salias (el único funcionario). “Nunca
se han tomado medidas acertadas para este tema. Quizás pueda que exista alguna
tesis universitaria, pero nada más” termina por agregar Mazzei, declaración que
coincide con la de Iraima Fehr, de la dirección de ambiente de la Gobernación
del estado Miranda.
Por su parte el MINAMB, no ofrece
respuestas claras ante las consultas con respecto a las perezas. Dentro del
ente gubernamental se desconoce datos sobre el mamífero, y es casi una hazaña
poder dar con alguna declaración oficial. A la fecha, luego de intentar recabar
información con su personal, aún espero respuesta de Jesús Manzanilla; Director
General de la Oficina de Diversidad Biológica del MPPA, única voz autorizada
para responder las dudas al respecto.
Sin embargo, el
propio Manzanilla declaró que las listas oficiales de especies amenazadas no se
actualizan desde 1999, pero que se renovarían próximamente, según una
información tomada de AVN y publicada en agosto del año pasado. Aunque existen
universidades e instituciones que abogan por la fauna amenazada, lo cierto es
que el daño avanza en un país en el que la anarquía reina por encima de
cualquier iniciativa.
En octubre de 1996 se
emitió el Decreto Nº 1.486 de la Gaceta Oficial 36.062 en el que se daba un
listado oficial de 47 animales en peligro de extinción, que incluyó a 22
mamíferos, 11 aves, 8 reptiles y 6 anfibios. Sin embargo, el perezoso no
aparece mencionado, así como tampoco en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana,
en el que sólo se nombra a la pereza de dos dedos del Zulia, en un nivel “casi
amenazado”.
Lo cierto es que un país en el que
impunidad por delitos, considerados mayores, es elevada; sería absurdo esperar
respuestas más acertadas para con el medio ambiente, secundario para muchas
personas. Y es que aunque se han
intentado realizar algunas campañas tímidamente por parte de la Alcaldía de Los
Salias, los intentos parecen fallidos por falta de apoyo en la Cámara
Municipal, según me hacen saber algunas fuentes.
Pero mientras la burocracia y la
decidía hacen de las suyas, los perezosos de San Antonio de Los Altos viven su
calvario. Y es que el peligro en Los Salias no sólo puede ser, aparentemente
“legal” por construcciones con sus debidas permisologías. Los constantes
incendios provocados por personas inescrupulosas, como denuncian vecinos de las
urbanización La Peña y El Cambural; algunos para la invasión y otros para la
siembra en terrenos en la zona de protección de La Mariposa, parece terminar de
reducir el cerco y casi colocar a las perezas y sus movimientos lentos, en una
carrera por su supervivencia.
La realidad es alarmante para Venezuela. Los refugios de fauna silvestre junto a las reservas, son las únicas Áreas Bajo Régimen de Administración Especial existentes para la conservación de la fauna autóctona de nuestro país. Los santuarios de fauna silvestre, una tercera categoría no existe en Venezuela. Las anteriores se encuentran reguladas por la Ley de Protección de la Fauna Silvestre de la década del 70. Las autoridades, como en el caso del municipio Los Salias, no se dan abasto para dar protección a las zonas más frágiles ante los embates del ser humano, y los problemas como la inseguridad, mantenimiento y otros, aparecen por encima como prioridades.
Si a todo esto sumamos la falta de mentalidad
“verde” de algunos vecinos que cubren con concreto las parcelas de las casas, y
la contaminación, parece casi sentenciada la vida de estos indefensos
animalitos, que únicamente necesitan de respeto.
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