Llegó diciembre… (Columna Trompo En La Uña, diario La Región, 30 de noviembre de 2014)b
Llegó diciembre y todo se vislumbra peor. Siento que perdí
un año de teclear y teclear, de dibujar y dibujar intentando advertirles lo que vivimos hoy día. Una lechuga que llegó
en el mercado paralelo a pasar la barrera de los 140.000 Bs (para dejar de caernos a mentiras con el
cuento del Bolívar fuerte) y continúa subiendo como resultado de todas las
mafias que creó el gobierno, de los chanchullos que han hecho con el control
cambiario, pero de los que no hay un solo preso. La consecuencia la sabemos, ya
es absurdo repetirla, no lo debo contar porque usted lo vive cada día cuando
hace su colita por algún rubro de la cesta básica, y de la no tan básica, o
cuando abre su billetera para sacar sus devaluados bolívares y pagar los absurdos
precios que ahora toca cancelar cada vez que consumimos algo. Finalmente toca
seguir comprando como he representado en mis caricaturas: animales de costumbre
que hasta expresamos: “está barato”, cuando sabemos que lejanamente dicha
expresión es cierta, pero son tan absurdos los precios que si encontramos algo,
algunos cobres más barato, nos parece accesible.
Llegó diciembre y la esperanza de tener vivienda y automóvil
para muchos es nula. Si tener comida, desodorante y medicinas es complejo, lo
anterior es imposible. Sin embargo luchamos inútilmente contra la corriente y
nos hacemos la idea en nuestra mentes que todo está bien, que vivimos y no
sobrevivimos, que el país no está tan mal… ¿no viste el centro comercial ayer? En
Daka y Sara hay rebajas obligadas y la gente se agolpa como hormigas frente a un
caramelo. Se empujan, insultan esperando por horas para poder acceder a las súper
ofertas (nada más lejano a la realidad).
Caemos una y otra vez en el juego, por negocio, otros por
necesidad, muchos por aprovechar, pero ninguno sin pensar en el país, en el
daño que hace dichas medidas populistas que destruyen el aparato productivo del
país, a los que dan trabajo, porque es una realidad que el gobierno no puede
dar chamba a 28 millones de venezolanos.
La crisis que ha provocado este gobierno, como dije los
últimos once meses y los anteriores doce, y así sucesivamente, no tiene
precedentes. Ya lo dijimos, por mucho menos en el pasado cayeron gobiernos, el
pueblo se levantó y reclamó. Sin embargo hoy en día la pasividad y una falta de
compromiso con el país son extremos. Aplaudimos que el presidente toque la
tumbadora junto a costosos artistas que son traídos como parte de la vieja
estrategia del “Panem et circenses”, o pan y
circo, que sí nos procura el gobierno para distraer a los mas desprevenidos, a
los menos comprometidos con el país, a todos aquellos para los que Venezuela
solo es un lugar en el que vivir, pero no su patria. Es lamentable que en pleno
siglo XXI pasen estas cosas. Escuchaba una gaita del grupo Saladillo en la que,
por allá por los ochenta, describían escenarios similares a los que vivimos hoy
en día, sin embargo ninguna enseñanza quedó, ningún aprendizaje guardamos en
nuestras mentes. Nos sembraron la flojera, la pasividad y la falta de sentido de
pertenencia. Nos usan, nos dividen, nos niegan lo básico, pero aun así nos hincamos
y aplaudimos.
A ti que me lees
te digo: Si lamentablemente no sientes nada en lo absoluto por tu país lo siento
por tus hijos, sobrinos o nietos, porque a ellos les legarás tu ignorancia, la
misma que permitió la destrucción de tu país, de Venezuela. Es lamentable que lleguemos
a diciembre y la única nueva es que por fin un año no hay elecciones en el mes
último. De resto sólo veo terror, desesperanza y una crónica de una muerte
anunciada a la que nadie le está prestando la debida atención y que terminará,
tarde o temprano, en un descalabro monumental, uno como el que vivimos pero
elevado a la máxima potencia.
No te pido que
dejes de celebrar la navidad, yo no lo haré. Llega diciembre y no pienso dejar de
celebrarla como pueda, porque hasta durante las guerras mundiales los soldados
en el frente de la batalla, en medio del fragor, hicieron un cese al fuego para
celebrar el nacimiento del Señor. En la navidad de
1914, en medio del horror de las trincheras de la Primera Guerra Mundial,
soldados franceses, alemanes y británicos, intercambiaron cigarrillos,
enterraron a los muertos cuyos cuerpos se descomponían en “tierra de nadie” y
confraternizaron en un episodio conocido simplemente como el “cese al fuego”.
Aunque nuestra realidad es distante a la de aquellos pobre hombres, ciertamente
no podemos dejar de robarnos la oportunidad de dar amor, amistad, de compartir
y reír, porque la vida continúa mientras algunos intentan destruir lo poco que
queda del país. Sin embargo la reflexión es para aquellos que en sus mentes, en
sus corazones no ha estado y seguramente estará en ninguna de sus uvas, el país
que pide a gritos nuestra ayuda, nuestra atención.
Únicamente te pido que reflexiones, que intentes
despertar y sacar de tu corazón, de tu mente ese paño rojo que no te deja
elegir, que no permite comparar, criticar y exigir. Lo he repetido hasta el cansancio
estos once meses: no es cuestión de ser oficialista u opositor, sino de ser venezolano,
de sentir el gentilicio y luchar con las armas que nos da la democracia, la
constitución para cambiar nuestro presente y regalar un futuro promisorio,
fructífero para todos por igual. No pretendo que tengas menos, yo quiero más,
pero necesitamos un gobierno que nos procure abundancia y que resuelva sus
problemas para poder propiciar el crecimiento del país.
Hoy reflexiona, mira más allá de lo que te dejan ver y
celebra que llegó diciembre, pero no olvides que la crisis no toma vacaciones,
que la semana que viene todo estará más costoso que hoy. En las pascuas no
olvides a tu país.
Fernando Pinilla
excelente ,cada día lo haces mejor si lo celebras pero cada año menos luces vemos por las ventanas, acaso sera el fin de la navidad en las grandes ciudades??
ResponderBorrarexcelente ,cada día lo haces mejor si lo celebras pero cada año menos luces vemos por las ventanas, acaso sera el fin de la navidad en las grandes ciudades??
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