Algunas caricaturas no publicadas en prensa. Sólo twitter.
Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!
febrero 24, 2014
Resumen de estos dos primeros meses en Venezuela...
Para entender a Venezuela hay que vivir día a día y ver el dinero irse por el inodoro por la inflación y no tener papel tualé por las escasez que ni permite limpiarnos con papel periódico porque no hay, y así muere la libertad de expresión y nuestro derecho a informarnos. Así mueren, para nosotros, los canales que sacó el gobierno, caso NTN24 por transmitir las marchas y muertes que el presidente no ve, pero que militarizan al país y lo llenan de asesinos afectos al gobierno que fungen como sus justicieros. Para entender a Venezuela, hay que sentir nuestra desesperanza y lo amargo de hacer humor gráfico cuando se tiene ganas de llorar y de tirar la toalla, pero no se puede... Venezuela vale cualquier sacrificio. ¡La conspiración continúa!
*CARICATURAS PUBLICADAS EN LOS DIARIOS, LA VOZ Y LA REGIÓN. (VENEZUELA)
febrero 23, 2014
¿Nos vas a negar?
¿Nos vas a negar? (Columna Trompo en la uña, diario La Región 23/02/2014)
Bassil Da Costa, José E. Méndez, Robert Redman, Génesis
Carmona y tantos más… ¿Te suenan, Nicolás? ¿Acaso quieres cerrar los ojos a la
realidad? ¿No les bastaron, Nicolás, Elías, Diosdado, con tantas muertes que
quedaron impresas en la historia venezolana en 2002? ¿Cómo pueden dormir
tranquilos, si es que lo hacen? ¿Cómo miran a sus hijos, nietos, a sus
sobrinos? Cada vez que vean a un estudiante amante del futbol, recuerden el
rostro de Bassil. Cada vez que veas a tu hija, en el caso de Diosdado, cantando
“Gotas de agua” para el comandante intergaláctico, recuerda el rostro inocente,
lleno de sueños, de belleza de Génesis Carmona.
Me dan vergüenza y pena ajena, señores del gobierno, porque
nadie podrá borrar del timeline de la vida las palabras nefastas de Francisco
Ameliach en su cuenta en twitter, @AmeliachPSUV: “UBCH prepararse para el
contra ataque fulminante. Diosdado dará la orden…” ¿Qué sucedería, Diosdado, si
tu hija, fuera la victima de un gobierno que reprime y que usa malandros para
ejercer justicia? No hay más fascistas que aquellos que ejercen el poder por la
fuerza. El FASCISMO no es protestar contra un gobierno inepto, Fascismo es un
proyecto político que se basa en el totalitarismo ejercido por un estado y que
inculca la dependencia a este.
En el fascismo la sociedad debe obligatoriamente integrarse
y trabajar unificadamente a la orden del gobierno; suprimiendo el pluralismo
político y dando paso a partidos únicos. El fascismo Inculca la obediencia de
las masas, controla y manipula los medios de comunicación y concentra todo el
poder en un líder carismático y dictatorial elegido para dirigir la vida de los
ciudadanos, llegando al fanatismo exacerbado. Algunos ejemplos: Hitler, Mussolini
y nuestra versión moderna; el difunto.
El fascismo juzga y condena sistemáticamente a sus adversarios
políticos; se aprovecha de la ignorancia para perpetuarse en el poder y usa la violencia,
la represión y la propaganda desplegada contra un enemigo real o imaginario,
además de mantener bajo esta premisa al pueblo preso de miedos y un
paternalismo asfixiante, enfermizo que inutiliza a la persona. Yo no soy
fascista, pero sabemos quienes sí lo son. Repitiendo la mentira del fascismo no
se puede negar la realidad, no se puede maquillar la situación de un país. La
culpa no es de Santos, señor Nicolás, ni de Obama; si hay culpables de esta
situación, hay que nombrar a su comandante intergaláctico que le dejó un
cangrejo por sus malas políticas, y a usted que las continuó y empeoró por su
falta de instrucción y de experiencia.
Negarnos, señor Nicolás es otro error suyo. Negar que no fue
Leopoldo López el que encendió la mecha de las protestas, es otro gran
desacierto. No somos títeres, no somos marionetas. Somos ciudadanos que hacemos
cola para comprar comida, que miramos los anaqueles vacios en abastos,
farmacias, librerías; que vemos nuestro dinero disolverse como sal en el agua
por la inflación galopante que usted y su gente so ha sabido controlar. Negar
que la marcha, nuestro derecho amparado por el artículo 68 de la constitución
bolivariana que tanto se ufanan de respetar, es desconocer el suelo que usted
pisa. Tarde o temprano el castillo de naipes cae, porque aquellas personas
enfermas que no encuentran medicamentos, llega el punto en que no lo soportan
más. Las familias de las víctimas de la inseguridad que usted niega, pronto se
cansan, porque no todos somos unos disociados de nuestra realidad y unos
verdaderos apátridas como aquellos que dirigen nuestros destinos de tan mala
manera.
Un verdadero demócrata no aceptaría jamás que el pueblo,
pensara como pensara, fuera reprimido con la misma crueldad que tanto criticaron
ustedes del Caracazo. Un verdadero ser humano no permitiría que sus esbirros
asesinaran por la cabeza a jóvenes estudiantes inocentes. Un hombre con bolas y
pantalones renunciaría y asumiría su responsabilidad para frenar las muertes y
las protestas, que no existen, según ustedes, pero que mantienen militarizado
al país.
La paranoia siempre ha sido un síntoma de los gobiernos
abyectos; la paranoia en la que la mentira se hace una regla de vida. Reprimir
el descontento con fuerza desmedida, con sus colectivos armados, por el
irresponsable del comandante intergaláctico, es y será su responsabilidad. Así
hable de paz, así diga lo que diga, jamás nadie olvidará que la paz de su país
le quedó grande, señor Nicolás. Un verdadero gobierno no arma al pueblo de
balas para robar vidas, sino de estudios, de opciones reales de trabajo para
robarle espacio a la miseria y a la ignorancia. Un gobierno paternalista y
bajo, como el suyo, jamás podrá ser exitoso, así nos doblegue y nos reduzca en
nuestro derecho e ímpetu de lucha, porque finalmente la fuerza, a veces, puede
más que las ideas, pero a la larga, la fuerza se agota y las ideas crecen y jamás
mueren.
Negar que su país es un caos, no solo por las protestas
justas, democráticas y necesarias ante un gobierno fracasado al que se le debe
exigir explicaciones (ya que sólo responde ante los reclamos con el eterno
guión de, “Estados Unidos dijo o no dijo, hizo o no hizo”), es una falacia.
Basta de verborrea, basta de negar que existimos, porque le recuerdo que,
supuestamente, 224.000 mil votos fueron los que realmente le terminaron de dar
el poder. Negar que la gente en el país reclama, y no tiene que ser traída en
autobuses hasta Caracas esperando su kit “rojo rojito”, para poder llenar su
mitin, es querer aguantar una ola con un cartón.
Hoy ustedes tienen el poder y puede continuar con su farsa y
sus mentiras, pero recuerde, señor Nicolás, que el mundo da muchas vueltas, y
que nada puede durar para siempre. Ruegue que Dios lo agarre confesado, por que
la justicia, tarda, pero llega, es la realidad.
Venezuela, no desmayes que las nubes negras, o rojas, no
pueden ser eternas. Fuerza, fe y amor a tí.
Fernando Pinilla
febrero 07, 2014
Borrascas y desasosiego
Borrascas y desasosiego (Columna Trompo en la uña, diario La Región 02/02/2014)
He escrito muchas veces advirtiendo sobre situaciones que, a priori, pudieran parecer exageradas, repetitivas y hasta cansinas. Sin embargo, hoy, luego de los más recientes anuncios de Nicolás y su combo, y luego de ver la perspectiva por la que el porvenir se proyecta, es casi innegable no sentir un profundo desasosiego.
Ciertamente muchos dirán que mis palabras pueden ser exageradas, y quizás no pierdo la costumbre (como humorista gráfico que soy) de toda verdad y realidad que se presenta ante mis ojos, exagerarla un poquito; pero luego de un final de año con tantas restricciones, luego de la sistemática desaparición de productos que convierten el hacer mercado en una lucha para adquirir los insumos básicos para alimentarnos, asearnos y hasta para conseguir todo tipo de medicamentos (La escasez de medicamentos antirretrovirales para tratar el VIH, según reportan pacientes de todo el país, escasea a nivel nacional), no es sencillo ser optimista. Luego de la alarmante cifra, mencionada en otras oportunidades, de muertes violentas en el país, así como los estragos ocasionados por una inflación trepidante y galopante que no conoce de barreras, es complejo no pensar que cada día somos más pobres, cada día tenemos menos oportunidades de gozar de paz y tranquilidad y obviamente de calidad de vida.
Hace más de medio siglo La Habana era una de esas ciudades cosmopolitas del mundo. Un sinónimo de progreso y modernidad. En aquellas boutiques elegantes, como El Encanto, Fin de Siglo, entre otras, nadie se imaginó lo que se avecinaba. Nadie pudo augurar cuando aquel “héroe” entraba triunfalmente a La Habana el 8 de enero de 1959, que aquel sería el punto de quiebra para un país que necesitaba mano dura, pero que la recibió en demasía y sin equilibrio, provocando la descomposición total de una sociedad que ya estaba doliente, pero que hoy, luego de más de 50 años, no tiene comparación.
Ciertamente la riqueza estaba mal distribuida y en Cuba, como sucede en la mayoría de países latinoamericanos, se notaba la insuficiencia de las políticas sociales para los coterráneos. Hoy en día, viendo de manera objetiva, esas diferencias era menos dura que las ahora existentes. La "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes" tenía como finalidad, por ejemplo, ayudar a las familias que vivían en chozas en los alrededores del Stadium del Cerro, hoy Estadio Latinoamericano, como lo retratara Mark Kauffman, aquel legendario fotógrafo norteamericano famoso por ser el más joven autor de una portada de la revista Life (17 años), tras retratar a Eleanor Roosevelt.
Hoy, luego de la consolidación de aquella "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes” el panorama no cambió y todo empeoró. La Habana es una ciudad post apocalíptica, al mejor estilo de Hollywood, con autos modelos años 40 y 50 con sus chasis oxidados; edificios caídos, abandonados y una pobreza que observadores internacionales (sin coloración política) sitúan en un 70 u 80 %. La prostitución de adultos y niños, la mendicidad claramente observable en las calles de Cuba lo confirman y distan de los números manejados por la UNICEF que muestran a la isla caribeña como el único país de Latinoamérica sin desnutrición.
Si las cifras de Cuba se miden por los testimonios de sus propios ciudadanos, quienes manifiestan, con desespero recibir ocho onzas de aceite, diez onzas de frijoles y un paquete de pasta, en teoría para un mes, pero a veces hasta para tres meses, es poco probable creer dichos números. En Cuba, la isla, el pueblo no come pescado, porque se reserva para las casas pudientes (la mayoría afectos a la revolución) y los hoteles y restaurantes para turistas, a los que los cubanos, aun con las “aperturas” del gobierno de Raúl Castro no pueden acceder. En Cuba el sueldo medio es de 20 dólares al mes, algunas personas sólo perciben 10, con algo de suerte. Si tienes la “fortuna” o, mejor, desdicha de ser médico con trabajo, puedes percibir 30 dólares o ser premiado siendo enviado a una Misión en Venezuela, preso de los Castro con complicidad de Miraflores. Sin embargo las probabilidades de laborar hasta con el gobierno son nulas, si se toman en cuenta que desde 2010 más de 150.000 trabajadores han tenido que renunciar o han sido despedidos de sus trabajos estatales.
Es duro ver las noticias y sabernos parecidos a esta realidad. Es más duro ver el silencio de los gobernantes que descaradamente se asemejan aquellos que tanto criticaba Fidel Castro como Meyer Lanzky, el mafioso norteamericano quién mantuviera una red de juego y apuestas en La Florida y La Habana, en la que se paseaba campantemente por las instalaciones del Hotel Riviera con sus maletines lleno de dólares cerca a los albores de la revolución. ¿Qué se saca de la cumbre de la CELAC, cuando los gobiernos democráticos se reúnen en la capital de la opresión a hablar de democracia? ¿Qué se puede dialogar con un presidente como el nuestro que, cada día, agrega más peso a nuestra economía y la termina de hundir, siendo los de su equipo los únicos que se enriquecen?
La diplomacia tiene precio, la justicia lo tiene y nosotros simplemente estamos observantes. Las nubes se arremolinan sobre nuestras cabezas y amenazan más tormenta, la misma que se ha prolongado por 15 largos años. Dios quiera y a Venezuela no nos toque mirarnos como el pueblo cubano luego de más de medio siglo de infructuosa y estéril revolución. Tengo esperanza y fe en los venezolanos que el cambio está cerca. Bálsamo para nuestras almas agobiadas parecen hoy las palabras de don Miguel de Cervantes: “Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.” Don Quijote.
Fernando Pinilla
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