Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!


noviembre 21, 2011



¡¡Apagones!! (Columna "Trompo en la uña" diario La Región, 20 de Noviembre 2011)

Tras cada apagón comienza la misma incertidumbre: ¿será que viene enseguida?, ¿Será que viene y se lleva los equipos? No me refiero a más nada sino a la luz eléctrica, que en los últimos años ha mostrado un retroceso en cuanto a la calidad de este servicio básico. No importa dónde te encuentres, dónde vivas; así sea en una quinta, edificio o modesta casa todos somos víctimas de la desidia que ha acompañado a la nueva gerencia de la empresa encargada de suministrar la electricidad; CORPOELEC.
Como todo monopolizado por el gobierno y en nombre de la soberanía, de una supuesta plenitud en la toma de decisiones y en el desarrollo de planes de mejoras, al final se queda todo en utopías. La realidad es que mientras en los recibos y vallas se habla de 30 plantas nuevas, 465 megavatios en 2008, en 2009 43 plantas más y un incremento de 535 megavatios, sumado a cientos de promesas y números hasta el día de hoy, las muestras de mejoras son escasas por no decir nulas.
CORPOELEC se sume cada día en más ineficiencia a la hora de mantener los tendidos eléctricos y los ciudadanos somos las victimas, no solo sin el servicio en su justa medida, sino además perdiendo equipos electrónicos costosos, producto de las constantes caídas de tensión y apagones, que suelen ser muchos y seguidos.
No hay televisor que aguante, secadora o nevera a los embates de la electricidad. Como el agua descontrolada, la electricidad es devastadora y no existe siquiera protector que esté diseñado para soportar las idas y venidas del servicio eléctrico. Al final todo aparato es vulnerable ante el mal servicio, pero lo peor es que aún con nuestra inmensa calentera, nadie responde. Sí se quemó un equipo, toca comprar otro nuevo, solo si tenemos el dinero, de lo contrario nos tocará privarnos de muchos artículos comprados con sacrificio en ocasiones, y que por culpa de un mal servicio que está listo para hacer de las suyas, nos obliga a resignarnos. En todo sentido Venezuela es la tierra de la impunidad.
¿Quién responde?, ¿quién paga por el mal servicio y los aparatos dañados? Nadie, absolutamente nadie. Además de las molestias, no hay autoridad que asuma no solo los daños sino lo más básico: la responsabilidad. Estamos rodeados de seres que no ha entendido el concepto fundamental de imperfección que vivimos como seres humanos, por el contrario para los rojos, y no los de la Ávila, la perfección es una de sus cualidades preferidas y de las que hacen más alarde, imitando al sumo dios, al perfecto mayor de Miraflores, no pueden quitarse las gríngolas y solo hablan de aciertos, se olvidan de las realidades y las niegan, y para rematar se creen el cuento; la Robolución es efectiva porque hoy en día usan más tecnología. Obviamente con el paso del tiempo lo más básico es eso, no es una proeza tener un celular en la actualidad en comparación con décadas pasadas, lógicamente antes no existían. Se ufanan por resolver los conflictos que sus propios errores y descuidos acarrean, esto no solo en este servicio sino en cualquier ente que dependa del gobierno. Sencillamente se publicita lo obvio y lo justo, nada más lógico que cumplir con el deber, así sea medianamente. No es una hazaña que un árbol de aguacates de frutos… para eso está.
Sin embargo las excusas para justificar la crisis que no se puede ocultar son muchas. Hemos escuchados hablar del fenómeno del Niño, la Niña, que en muchos países causan estragos, pero acá los desmanes son de otros niños y niñas con boina roja. Pero cuando ya la excusa cae en fecha de vencimiento, es cuando se debe culpar a otros, de los que podemos recordar a: George Bush, Álvaro Uribe, la oligarquía, los malvados ricos y quizás una de las más recordadas parodias de este gobierno: La Iguana, aquel reptil travieso que se cuelga por los tendidos eléctricos y desencadena apagones nacionales. Nada más terrible que no poder asumir nuestros errores, aprender de ellos, pedir ayuda si se necesita y mejorar. No critico que fallen, sino que no enmienden, recapaciten y actúen. Somos imperfectos, pero nada justifica ser reincidentes en los errores.
CORPOELEC es como cada sueño revolucionario una muestra diaria a nivel nacional de desaciertos que están afectando a todos por igual. Por la famosa red social son miles de llamados de auxilio desde el interior del país por averías eléctricas, son miles los reportes de fallas que al final se extienden por horas, consumiendo nuestra paciencia y nuestros equipos electrónicos, y hasta la comida en la nevera, pero los afectados solo podemos callar como expliqué un poco más arriba.
Basta de mediocridad, basta de excusas, basta de hacerse los ciegos. Exigimos un servicio acorde con las tarifas que se cancelan y que son muchas veces desmedidas y exageradas, y que no van en la relación correcta costo-calidad de servicio. Algún incauto o quizás sin dinero se atrasa un mes y sería víctima de un certero corte, pero todos los días somos victimas de muchos cortes injustificados, y peor aún nadie le puede colocar el cascabel al gato. Los responsables son intocables, están blindados ante los reclamos, así sucede en gobiernos como este que no aceptan que existen más opciones, opiniones y la pluralidad. No olvidemos que el mundo no gira en torno a nadie.
Mientras escribo esto, tecleó con rapidez y guardo con frenético desespero el archivo, son muchas las veces que mientras realizo mi trabajo soy víctima como miles de un apagón que me hace perder tiempo, y me hace retroceder, al final debo retomar todo de nuevo, luego de respirar profundamente, contar hasta 100 o 1000 o hasta donde más pueda, porque no existirán respuestas ni mejoras, es un cuento de nunca acabar… un momento… está espabilando el bombillo, ay no…

Lo siento… se volvió a ir la luz.

Fernando Pinilla

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