Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!


diciembre 17, 2013

FELIZ NAVIDAD!!

¿Qué más puedo decir para este año que finaliza? Gracias DIOS, gracias a ustedes que siguen siendo el motor de este trabajo. Todo lo que hago es para ustedes. Acá mi tarjeta de navidad!!


Candidatos a alcalde... algunos ganadores y otros perdedores.

Serie de ilustraciones que publiqué con el diario 2001 de Caracas, Venezuela, con motivo de las elecciones municipales del 8 de diciembre. Son súper sencillas, pero me agradaron full.















Venezolanos y Curazao

Venezolanos y Curazao (Columna Trompo en la uña, 15/12/2013)  



Cuando el 2 de setiembre de 1812, Simón Bolívar desembarcara en la llamada por Alonso de Ojeda en 1499, Isla de los gigantes, debido a la notable estatura de sus habitantes, jamás pensó que sería de los primeros venezolanos que llegarían por ayuda a la isla de Curazao. En aquel tiempo el libertador no llevaba consigo una tarjeta de crédito con la esperanza de recibir piadosamente algunos dólares para volver a su tierra natal y hacer negocios; realmente Bolívar no llevaría consigo muchas pertenencias luego de salir al exilio tras la caída de la primera república, ya que todo le había sido confiscado por los españoles, y la única manera de lograr su salida del puerto de La Guaira, sería entregando a Francisco de Miranda a las manos de los realistas.

El padre de la patria caminó, igual que hacemos muchos venezolanos, por las calles de la hermosa ciudad de Willemstad, ubicando su residencia en Otrobanda en la zona occidental de la capital curazoleña , aunque frecuentó, como hacen hoy miles de venezolanos, la zona conocida como Punda, en aquellas caminatas para visitar a sus hermanas y al judío sefardí, Mordechay  Ricardo, benefactor del libertador, inspiración para retomar la causa independentista y patrocinante, junto con la población sefardí de la isla, de la gesta emancipadora. Paradójicamente ni el difunto ni ningún revolucionario recuerdan que el dinero de los judíos (tan despreciados por ellos) de la isla fue determinante para lograr la independencia venezolana.

Aquellas calles calcinadas por el sol son testigos de nuevos venezolanos que las recorren en busca de auxilio. Esta vez, no hay un opresor extranjero que hiere a Venezuela, hoy la herida viene de una economía asfixiada por la mala praxis de los servidores públicos de turno. El control cambiario impuesto hace una década para frenar la fuga de capitales, ha terminado por contribuir a crear una fiebre verde. Willemstad que ha destacado por décadas debido a la presencia de miles de holandeses, curazoleños, en su mayoría, además de otras nacionalidades; les toca convivir con un nuevo personaje, el venezolano.  Bullanguero, con pintas estrafalarias y ostentosas, algunos mal presentados (lamentablemente) llenan sobre todo los hoteles más céntricos, pero esto no debido a los nexos históricos de Curazao con Venezuela. La mayoría ni saben de la existencia de esta estrecha relación; ni siquiera lo hacen como parte de un plan de vacaciones familiares, sencillamente es la oportunidad de acceder a la restringida moneda verde, para luego traerla nuevamente al país, tras no gastar algunos sus cupos, y así venderlos en el negado mercado paralelo.

Afectos y detractores del gobierno convergen en la vorágine creada sin análisis previo por la comitiva gubernamental. Las esquinas de Punda y Otrobanda están plagadas de letreros que anuncian la posibilidad de negociar los cupos CADIVI, así como algunos comercios de la agitada capital muestran orgullosos otros letreros que rezan “Se acepta cupo electrónico”. La franela Vinotinto, la gorra tricolor y la constante sacadera de cuentas de bolívares a dólares, se mezcla con el papiamento, el holandés y la música árabe de algunos comercios de menor envergadura.  Aún así la isla no pierde el encanto y muestra el progreso gracias a la mano del gobierno de los Países Bajos, que ha convertido a la desolada isla rocosa habitada inicialmente por los Arawak y posteriormente colonizada por españoles, ingleses y holandeses, en una potencia turística con un crecimiento económico que se refleja en la calidad de vida que se respira en todas las calles, no sólo de la capital, sino de las periferias.

Algunos pocos manifiestan abrazar la bandera roja del socialismo venezolano con la esperanza de crecer y hasta manifiestan odiar todo lo “burgues” , negándose a aceptar que Curazao crece y mejora. En esta isla llena de vida, el que trabaja duro recibe su recompensa, aunque lógicamente hay personas de menos recursos. El comercio se mueve agitado desde pequeñas tiendas hasta las grandes marcas con sus vitrinas callejeras, al mejor estilo europeo, que dan sustento a locales y extranjeros. Venezolanos, colombianos, árabes, holandeses y surinameses encuentran oportunidad de trabajar en los comercios repletos de turistas.
Las playas de Curazao muestran un ejemplo para todos. Sin gozar de un mínimo porcentaje de las kilométricas extensiones de playas de arenas blancas con las que goza Venezuela; el curazoleño ha aprendido a convertir las suyas pequeñitas (ninguna de más 2.000 mts) en lugares emblemáticos de la isla. 

Todas las playas tienen acceso con vías perfectamente pavimentadas, así como modernas líneas de autobuses públicos, en su mayoría con aire acondicionado, que hacen diariamente recorridos cronometrados y puntuales. Los modernos buses blancos son una insignia de la isla, y hacen ver accesible cualquier lugar. Pero como las bellezas naturales no sobran en la isla que se originó tras la elevación de las placas tectónicas haciendo emerger la roca en la que hoy se posa Curazao, los capitales privados han convertido sencillas playas en paraísos para el descanso. Playas fabricadas están rodeadas de complejos hoteleros lujosos, con todas las comodidades para turistas y locales, con un servicio de calidad para la estancia. No hay bar o restaurant playero que no acepte tarjeta de crédito.

Curazao es el epítome de la voluntad hecha logros y del aprovechamiento de lo que se tiene. En las calles de la isla no se ve miseria, ni suciedad, por más sencillas que hayan casas. Todo está bien cuidado, y quizás, el único peligro, son las masas de venezolanos descontrolados que creen que están en Choroní o La Guaira. Perdimos el civismo y lo queremos trasladar a otros lares. Ni lejanamente somos ese Joven Bolívar que encontró cobijo en las calles de Willemstad, que se distinguía por su clase, por su sed de conocimiento en la biblioteca privada de Mordechay  Ricardo, en la que surgió el manifiesto de Cartagena.

Hoy sólo hacemos ruido, compras alocadas y caos, dejando mal el gentilicio para otros visitantes; el manifiesto de CADIVI.  

Fernando Pinilla

   

noviembre 18, 2013

Presentación de El misterio del bosque.


Presentación de mi libro, El misterio del bosque, editado por Ediciones COBO en el Festival de las artes y la lectura de Baruta 2013. Aproveché pare compartir con algunas personas y firmarles ejemplares de mi libro. Además tuve el placer, en la misma feria, de ser entrevistado por el gran amigo Román Lozinski de Éxitos FM.









noviembre 04, 2013

¿Existe la suprema felicidad?



¿Existe la suprema felicidad? (Columna Trompo en la uña, 03/11/2013)  


Amigo que me lees… ¿eres supremamente feliz? Es decir, imagino la felicidad bolivariana como un estado de somnolencia en el que la austeridad, la pobreza maximizada a miseria que vivimos a diario, es sólo una mala pasada de la imaginación. En el que el llanto de aquellas madres, viudas, que desgarran los pabellones de los hospitales y de las morgues del país, es el simple eco emitido por las voces macabras, necrofilicas de la oposición. Es más, imagino que la impotencia y el cansancio en los pies al hacer una cola en un mercado y sólo encontrar anaqueles vacios, son el producto de montajes que no nos afectan realmente en ese nuevo estado que, con nobleza, nos quiere dar nuestro amoroso gobierno; ese de las guarimbas quemando cauchos en la Panamericana, ese que a cada denuncia que se hace por la inseguridad, se nos llama “guerrilleros comunicacionales”, o nos ofenden con los más variados e ignorantes términos. Recordemos que, necrofilia, nada tiene que ver con informar sobre la violencia y usar imágenes explícitas.

En la Gaceta Oficial número 40.280 fue formalizada la creación del "despacho del viceministro para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, integrado a la estructura organizativa del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno"… ¿leyó bien? Hagámoslo de nuevo: "despacho del viceministro para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, integrado a la estructura organizativa del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno"… espero lo haya leído bien. No le pido que se lo aprenda, porque este será otro elefante blanco de esos que, bien sabemos, terminan en muchas campañas, logos, vallas, e imagino con eso justifican el desvío del algunos millones. Esta “catinflada”, sin hacer alusión al ex ministro Villegas, quién cantinfleaba la salud del difunto y le mentía al país sin decir algo coherente, no es más que eso… paja. El despacho, del despacho, de la presidencia, de la gestión social, que llega al despacho y depende del presidente, en el despacho (claro está) de la gestión social… y, ¡ahí está el detalle!

El nuevo show de mal gusto del gobierno tiene como finalidad, según Nicolás, coordinar y reactivar las misiones sociales dirigidas a atender a los sectores más pobres en educación, salud, vivienda y alimentación"… ¿Han estado desactivadas? Según tengo entendido, si no me equivoco, las misiones son la vaina más arre… de este país. No hay peor mentiroso que aquel que no piensa las mentiras antes de decirlas, pero como acá el descaro es el pan nuestro de cada día y nuestra pasividad la respuesta ante la burla que nos hacen, se permiten este tipo de exabruptos. Recordemos que este señor, el inquilino de Miraflores, es alumno del más grande embaucador que ha tenido el país. Aquel que prometió cambiarse el nombre si quedaba algún niño pobre en la calle. Que invitó a los jalamecates de Ecuador y Bolivia a bañarse en el rio Guaire, porque él lo iba a sanear (que se bañen hoy, por cierto). El mismo que prometió un parque y hasta el absurdo de un circuito de Fórmula 1 en el parque La Carlota, luego de aquella lejana y casi inservible victoria del dinero más Mal… donado en este país. El mismo sujeto que prometió eliminar ministerios para acabar con la burocracia de “la cuarta”. Hoy su heredero, su ungido, supera al maestro en pocos meses y, peor aún, continúa la torpeza de hablar paja con pajaritos parlanchines, caerse de millones y millonas de bicicletas mientras multiplica penes.

Suprema felicidad… sólo la del magnate Diosdado. Suprema  Felicidad la de Arreaza quién defiende este disparate porque es heredero de la fortuna del difunto (Ese sí que se enchufó bien). Suprema  Felicidad la de cada uno de los ministros que salen a la calle acompañados de sus escoltas armados hasta los dientes para llegar a sus lujosas propiedades y disfrutar de las mieles del poder, a diferencia del pueblo. ¿Quién no es supremamente feliz sin ser víctima de la inseguridad, de la devaluación que se come al mal llamado bolívar fuerte? ¿Quién no es supremamente feliz viajando, comprando, comiendo, limpiándose el c…? Yo también sería supremamente feliz con todas las lechugas a mi disposición y la de mi familia. Esa misma que al llegar el difunto al poder se cotizaba en 0,5 bolívares por lechuga, y que luego de 7 devaluaciones lo mantienen amarrado a 6,30 para aquellos a quienes quieran vendérselos, porque realmente puede llegar a costar casi diez veces el precio oficial. Espero la explicación de algún defensor del oficialismo.

Definitivamente yo sería feliz bajo esas circunstancias, lo que no estoy seguro es si podría burlarme de aquellos que viven en los barrios. De aquellos que esperan ciegamente recibir la ayuda de ese gobierno que idolatran y que ha jugado con lo más sagrado: la esperanza del pueblo. Aquel gobierno que continúa alimentando el odio y achacando todas las responsabilidades a los que no tiene el poder, porque en este país, parece que se necesita es a Los Caza fantasma. No sé si podría sentarme a ver cómo se desmorona los restos de Venezuela, haciendo caso omiso de aquellos que no tuvieron la suerte de tener por apellido Maduro, Cabello, Izarra, Rodríguez, y tantos otros enchufados, y más que eso, sanguijuelas de este pobre y tragicómico país.

¿Me burlo con mi crítica de Simón Bolívar? ¡No! Lo hago de la estupidez del vice ministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, otro de esos argumentos que buscan sembrar odio en las personas que aún no entienden la magnitud del problema, y seguro votarán por los candidatos del oficialismo; paracaidistas, enchufados y bates quebrados.

Me burlo con ironía y saña de la mentira, del abuso, de ese que la vida, sé bien que un día se los cobrará, y yo lo celebraré con suprema felicidad.


Fernando Pinilla


octubre 21, 2013

El misterio del bosque...

¿Qué más se puede decir cuando finaliza el año y tienes entre tus manos tu segundo libro? Mi segundo hijo, El misterios del bosque, una vez más de la mano de Ediciones COBO, es el resultado de muchos años de trabajo, de amor por lo que hago. Un sencilla historia que espera divertir a los más pequeños. Espero que lo disfruten!!





septiembre 30, 2013

Sin espacio para el humor



                                 
Sin espacio para el humor (Columna Trompo En La Uña, 29/09/2013)

El pasado lunes 23 de septiembre tuve la fortuna de inaugurar mi cuarta exposición individual que lleva por nombre “Pinilla a la carta”, en los espacios del restaurant Wok and Roll en Los palos grandes. Uso la palabra fortuna porque ciertamente fue eso. A diferencia de mis otras tres exposiciones, Los teques (2010), UCV (2011) y la itinerante por las plazas de Chacao (2012); es la primera vez que me cuesta tanto montar dicha exposición. Por lo general los patrocinantes sobran y espacios, gracias a Dios, tampoco han faltado. Sin embargo, esta vez, la cosa no fue similar, como lo comenté en dos entrevistas por radio el mismo día.

El gran problema, increíblemente era el miedo de muchos espacios destinados al arte, en cualquiera de sus vertientes, a mostrar la caricatura crítica. Esta vez me enfrenté a un pánico visceral, un miedo que no daba espacio a la duda. La caricatura no se puede exhibir por pánico a las represarías de un gobierno enemigo de la crítica, de la punzante denuncia que hace un dibujo con una mancheta. La caricatura, como en tiempos de Juan Vicente Gómez, no es bien recibida en muchos espacios por temor a ser afectados por alguna simple denuncia que no guste al gobierno.

Cuando hace un par de meses el gobernador Henrique Capriles me honraba con la orden Leoncio Martínez “Leo”, no dejé de meditar sobre quién era este insigne venezolano. Martínez, al igual que yo, y salvando las distancias que me divergen de semejante personaje; amaba la comunicación, en cualquier modalidad. Inquieto por naturaleza fue publicista, periodista, compositor musical; pero sobre todo y ante todo, como él lo resaltaba, humorista gráfico. Con sus caricaturas criticó la dura mano de hierro que Gómez usaba para aplastar a sus compatriotas y más a sus enemigos políticos. En aquellos días de terror, Martínez terminó en más de una ocasión confinado en La Rotunda junto a Francisco Pimentel “Job Pin”, otro gran caricaturista al igual que Martínez; perseguidos por el simple hecho de generar crítica, de no callar, de jamás soslayarse de su responsabilidad ciudadana de pensar, de analizar y no ser conforme ante las situaciones que sufría el país.

Gran ejemplo ha sido para mí  Leoncio Martínez “Leo”. Un ejemplo de creatividad, de temple, de compromiso, pero sobre todo de venezonalidad. Hoy cuando las personas agachan la cabeza y buscan conformes su kilo de leche y lo pelean con su vecino, recuerdo más la templanza de aquel que prefirió estar preso que callar. Eligió perder sus derechos en manos de un gobierno que no dista de este, a ser partícipe ni cómplice con su silencio de las barbaridades que los gobiernos dictatoriales, siempre de delirios mesiánicos, cometen.

“Pinilla a la carta”, aunque paradójicamente no es una muestra 100% crítica y por el contrario es una exposición variada de mi trabajo en la prensa nacional y regional, es una humilde heredera de la lucha de Martínez “Leo”. Hoy cuando vemos mojigatos personajes políticos que pelean por sus parcelas de comodidad política, hoy cuando muchas galerías cierran las puertas a la crítica por miedo; cuando los propios restaurantes dispuestos a exponer caricaturas se vetan a sí mismos como hacen los medios de comunicación por miedo de recibir alguna reprimenda, es vital recordar a los venezolanos que lucharon por legarnos un país libre, que ahora, tantos años después, vemos perderlo entre la mentira, la promesa incumplida, la demagogia y el populismo.

Mientras canales como Globovisión muten de bastiones de la información y la opinión a simples canales de entrenamiento, caminamos por los oscuros senderos de la opresión. Mientras medios de comunicación, galerías, restaurantes, personas simplemente opten por silenciarse voluntariamente, damos entrada libre al comunismo que tanto se ha temido, a la dictadura que venimos denunciando, disfrazada de leyes, pero enemiga del pluralismo, de la libertad de expresión y en la búsqueda de imponer un modelo único para el pueblo: el miedo que engendra miseria.

Inaugurar mi exposición de caricaturas me permitió entender ese miedo que ahora nos arropa, nos ahoga, asfixiando nuestras críticas, constitucional y moralmente  permitidas. No podemos vivir en democracia cuando el humor que tolera el gobierno es el que se burla de Capriles únicamente. Pseudo humor gráfico que vemos en páginas como La Iguana o en pasquines informativos del régimen como Ciudad “Ficticia” CCS. 

Laureano Márquez en las palabras que escribió para mi exposición en la Biblioteca Central de la UCV, dejó descrita la importancia del humor en los tiempos oscuros como los que vivimos: “El humor surge siempre con fuerza, cuando la arbitrariedad del poder nos agobia, porque el humor es el patio de recreo de la libertad”. Lo creo y así lo vivo. Cuando no podemos reír estamos jodidos. Si el gobierno no acepta la crítica que un lápiz dibuja en un papel, entonces, caminamos inequívocamente por una dictadura represiva como tantas que han odiado la caricatura.

Aunque siempre los políticos han querido signar el estilo del humor, desde la caída de Pérez Jiménez, no vivíamos tiempos tan sensibles en cuanto a la libertad de expresión y el derecho a ejercer críticas. Mi profesor, Carlos Galindo “Sancho”, gran caricaturista de la prensa nacional, y hoy, luego de luchar mil batallas por la libertad de expresión convertido al oficialismo, solía narrarme una anécdota de la cuarta. 
Durante el gobierno de CAP, Sancho lo representó de una forma que no agradó al entonces presidente. Este, lo invitó a Miraflores a almorzar, tiempo que aprovecho el primer mandatario para reclamar haber sido dibujado de aquella manera. Sancho le preguntó: ¿En alguna foto sale usted así? a lo que CAP contestó obviamente que no. Entonces sólo es una caricatura que representa un tema de interés, sólo eso. CAP entendió y todo el tema quedó ahí. Me pregunto: ¿habría reaccionado de igual forma el difunto o Nicolás?

Callarnos es permitir que la sombra cubra el país.

Fernando Pinilla 

septiembre 26, 2013

Exposición, Pinilla a la Carta.

El 23 de septiembre pude inaugurar mi cuarta exposición individual y fue todo un placer. Acá les dejo Algunas imágenes de todo lo relacionado con este momento tan especial para mí.










Algunas ilustraciones de El Nacional...

Un honor ilustrar las páginas del diario El Nacional. Acá algunas de las ilustraciones publicadas.