Algunas caricaturas no publicadas en prensa. Sólo twitter.
Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!
febrero 24, 2014
Resumen de estos dos primeros meses en Venezuela...
Para entender a Venezuela hay que vivir día a día y ver el dinero irse por el inodoro por la inflación y no tener papel tualé por las escasez que ni permite limpiarnos con papel periódico porque no hay, y así muere la libertad de expresión y nuestro derecho a informarnos. Así mueren, para nosotros, los canales que sacó el gobierno, caso NTN24 por transmitir las marchas y muertes que el presidente no ve, pero que militarizan al país y lo llenan de asesinos afectos al gobierno que fungen como sus justicieros. Para entender a Venezuela, hay que sentir nuestra desesperanza y lo amargo de hacer humor gráfico cuando se tiene ganas de llorar y de tirar la toalla, pero no se puede... Venezuela vale cualquier sacrificio. ¡La conspiración continúa!
*CARICATURAS PUBLICADAS EN LOS DIARIOS, LA VOZ Y LA REGIÓN. (VENEZUELA)
febrero 23, 2014
¿Nos vas a negar?
¿Nos vas a negar? (Columna Trompo en la uña, diario La Región 23/02/2014)
Bassil Da Costa, José E. Méndez, Robert Redman, Génesis
Carmona y tantos más… ¿Te suenan, Nicolás? ¿Acaso quieres cerrar los ojos a la
realidad? ¿No les bastaron, Nicolás, Elías, Diosdado, con tantas muertes que
quedaron impresas en la historia venezolana en 2002? ¿Cómo pueden dormir
tranquilos, si es que lo hacen? ¿Cómo miran a sus hijos, nietos, a sus
sobrinos? Cada vez que vean a un estudiante amante del futbol, recuerden el
rostro de Bassil. Cada vez que veas a tu hija, en el caso de Diosdado, cantando
“Gotas de agua” para el comandante intergaláctico, recuerda el rostro inocente,
lleno de sueños, de belleza de Génesis Carmona.
Me dan vergüenza y pena ajena, señores del gobierno, porque
nadie podrá borrar del timeline de la vida las palabras nefastas de Francisco
Ameliach en su cuenta en twitter, @AmeliachPSUV: “UBCH prepararse para el
contra ataque fulminante. Diosdado dará la orden…” ¿Qué sucedería, Diosdado, si
tu hija, fuera la victima de un gobierno que reprime y que usa malandros para
ejercer justicia? No hay más fascistas que aquellos que ejercen el poder por la
fuerza. El FASCISMO no es protestar contra un gobierno inepto, Fascismo es un
proyecto político que se basa en el totalitarismo ejercido por un estado y que
inculca la dependencia a este.
En el fascismo la sociedad debe obligatoriamente integrarse
y trabajar unificadamente a la orden del gobierno; suprimiendo el pluralismo
político y dando paso a partidos únicos. El fascismo Inculca la obediencia de
las masas, controla y manipula los medios de comunicación y concentra todo el
poder en un líder carismático y dictatorial elegido para dirigir la vida de los
ciudadanos, llegando al fanatismo exacerbado. Algunos ejemplos: Hitler, Mussolini
y nuestra versión moderna; el difunto.
El fascismo juzga y condena sistemáticamente a sus adversarios
políticos; se aprovecha de la ignorancia para perpetuarse en el poder y usa la violencia,
la represión y la propaganda desplegada contra un enemigo real o imaginario,
además de mantener bajo esta premisa al pueblo preso de miedos y un
paternalismo asfixiante, enfermizo que inutiliza a la persona. Yo no soy
fascista, pero sabemos quienes sí lo son. Repitiendo la mentira del fascismo no
se puede negar la realidad, no se puede maquillar la situación de un país. La
culpa no es de Santos, señor Nicolás, ni de Obama; si hay culpables de esta
situación, hay que nombrar a su comandante intergaláctico que le dejó un
cangrejo por sus malas políticas, y a usted que las continuó y empeoró por su
falta de instrucción y de experiencia.
Negarnos, señor Nicolás es otro error suyo. Negar que no fue
Leopoldo López el que encendió la mecha de las protestas, es otro gran
desacierto. No somos títeres, no somos marionetas. Somos ciudadanos que hacemos
cola para comprar comida, que miramos los anaqueles vacios en abastos,
farmacias, librerías; que vemos nuestro dinero disolverse como sal en el agua
por la inflación galopante que usted y su gente so ha sabido controlar. Negar
que la marcha, nuestro derecho amparado por el artículo 68 de la constitución
bolivariana que tanto se ufanan de respetar, es desconocer el suelo que usted
pisa. Tarde o temprano el castillo de naipes cae, porque aquellas personas
enfermas que no encuentran medicamentos, llega el punto en que no lo soportan
más. Las familias de las víctimas de la inseguridad que usted niega, pronto se
cansan, porque no todos somos unos disociados de nuestra realidad y unos
verdaderos apátridas como aquellos que dirigen nuestros destinos de tan mala
manera.
Un verdadero demócrata no aceptaría jamás que el pueblo,
pensara como pensara, fuera reprimido con la misma crueldad que tanto criticaron
ustedes del Caracazo. Un verdadero ser humano no permitiría que sus esbirros
asesinaran por la cabeza a jóvenes estudiantes inocentes. Un hombre con bolas y
pantalones renunciaría y asumiría su responsabilidad para frenar las muertes y
las protestas, que no existen, según ustedes, pero que mantienen militarizado
al país.
La paranoia siempre ha sido un síntoma de los gobiernos
abyectos; la paranoia en la que la mentira se hace una regla de vida. Reprimir
el descontento con fuerza desmedida, con sus colectivos armados, por el
irresponsable del comandante intergaláctico, es y será su responsabilidad. Así
hable de paz, así diga lo que diga, jamás nadie olvidará que la paz de su país
le quedó grande, señor Nicolás. Un verdadero gobierno no arma al pueblo de
balas para robar vidas, sino de estudios, de opciones reales de trabajo para
robarle espacio a la miseria y a la ignorancia. Un gobierno paternalista y
bajo, como el suyo, jamás podrá ser exitoso, así nos doblegue y nos reduzca en
nuestro derecho e ímpetu de lucha, porque finalmente la fuerza, a veces, puede
más que las ideas, pero a la larga, la fuerza se agota y las ideas crecen y jamás
mueren.
Negar que su país es un caos, no solo por las protestas
justas, democráticas y necesarias ante un gobierno fracasado al que se le debe
exigir explicaciones (ya que sólo responde ante los reclamos con el eterno
guión de, “Estados Unidos dijo o no dijo, hizo o no hizo”), es una falacia.
Basta de verborrea, basta de negar que existimos, porque le recuerdo que,
supuestamente, 224.000 mil votos fueron los que realmente le terminaron de dar
el poder. Negar que la gente en el país reclama, y no tiene que ser traída en
autobuses hasta Caracas esperando su kit “rojo rojito”, para poder llenar su
mitin, es querer aguantar una ola con un cartón.
Hoy ustedes tienen el poder y puede continuar con su farsa y
sus mentiras, pero recuerde, señor Nicolás, que el mundo da muchas vueltas, y
que nada puede durar para siempre. Ruegue que Dios lo agarre confesado, por que
la justicia, tarda, pero llega, es la realidad.
Venezuela, no desmayes que las nubes negras, o rojas, no
pueden ser eternas. Fuerza, fe y amor a tí.
Fernando Pinilla
febrero 07, 2014
Borrascas y desasosiego
Borrascas y desasosiego (Columna Trompo en la uña, diario La Región 02/02/2014)
He escrito muchas veces advirtiendo sobre situaciones que, a priori, pudieran parecer exageradas, repetitivas y hasta cansinas. Sin embargo, hoy, luego de los más recientes anuncios de Nicolás y su combo, y luego de ver la perspectiva por la que el porvenir se proyecta, es casi innegable no sentir un profundo desasosiego.
Ciertamente muchos dirán que mis palabras pueden ser exageradas, y quizás no pierdo la costumbre (como humorista gráfico que soy) de toda verdad y realidad que se presenta ante mis ojos, exagerarla un poquito; pero luego de un final de año con tantas restricciones, luego de la sistemática desaparición de productos que convierten el hacer mercado en una lucha para adquirir los insumos básicos para alimentarnos, asearnos y hasta para conseguir todo tipo de medicamentos (La escasez de medicamentos antirretrovirales para tratar el VIH, según reportan pacientes de todo el país, escasea a nivel nacional), no es sencillo ser optimista. Luego de la alarmante cifra, mencionada en otras oportunidades, de muertes violentas en el país, así como los estragos ocasionados por una inflación trepidante y galopante que no conoce de barreras, es complejo no pensar que cada día somos más pobres, cada día tenemos menos oportunidades de gozar de paz y tranquilidad y obviamente de calidad de vida.
Hace más de medio siglo La Habana era una de esas ciudades cosmopolitas del mundo. Un sinónimo de progreso y modernidad. En aquellas boutiques elegantes, como El Encanto, Fin de Siglo, entre otras, nadie se imaginó lo que se avecinaba. Nadie pudo augurar cuando aquel “héroe” entraba triunfalmente a La Habana el 8 de enero de 1959, que aquel sería el punto de quiebra para un país que necesitaba mano dura, pero que la recibió en demasía y sin equilibrio, provocando la descomposición total de una sociedad que ya estaba doliente, pero que hoy, luego de más de 50 años, no tiene comparación.
Ciertamente la riqueza estaba mal distribuida y en Cuba, como sucede en la mayoría de países latinoamericanos, se notaba la insuficiencia de las políticas sociales para los coterráneos. Hoy en día, viendo de manera objetiva, esas diferencias era menos dura que las ahora existentes. La "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes" tenía como finalidad, por ejemplo, ayudar a las familias que vivían en chozas en los alrededores del Stadium del Cerro, hoy Estadio Latinoamericano, como lo retratara Mark Kauffman, aquel legendario fotógrafo norteamericano famoso por ser el más joven autor de una portada de la revista Life (17 años), tras retratar a Eleanor Roosevelt.
Hoy, luego de la consolidación de aquella "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes” el panorama no cambió y todo empeoró. La Habana es una ciudad post apocalíptica, al mejor estilo de Hollywood, con autos modelos años 40 y 50 con sus chasis oxidados; edificios caídos, abandonados y una pobreza que observadores internacionales (sin coloración política) sitúan en un 70 u 80 %. La prostitución de adultos y niños, la mendicidad claramente observable en las calles de Cuba lo confirman y distan de los números manejados por la UNICEF que muestran a la isla caribeña como el único país de Latinoamérica sin desnutrición.
Si las cifras de Cuba se miden por los testimonios de sus propios ciudadanos, quienes manifiestan, con desespero recibir ocho onzas de aceite, diez onzas de frijoles y un paquete de pasta, en teoría para un mes, pero a veces hasta para tres meses, es poco probable creer dichos números. En Cuba, la isla, el pueblo no come pescado, porque se reserva para las casas pudientes (la mayoría afectos a la revolución) y los hoteles y restaurantes para turistas, a los que los cubanos, aun con las “aperturas” del gobierno de Raúl Castro no pueden acceder. En Cuba el sueldo medio es de 20 dólares al mes, algunas personas sólo perciben 10, con algo de suerte. Si tienes la “fortuna” o, mejor, desdicha de ser médico con trabajo, puedes percibir 30 dólares o ser premiado siendo enviado a una Misión en Venezuela, preso de los Castro con complicidad de Miraflores. Sin embargo las probabilidades de laborar hasta con el gobierno son nulas, si se toman en cuenta que desde 2010 más de 150.000 trabajadores han tenido que renunciar o han sido despedidos de sus trabajos estatales.
Es duro ver las noticias y sabernos parecidos a esta realidad. Es más duro ver el silencio de los gobernantes que descaradamente se asemejan aquellos que tanto criticaba Fidel Castro como Meyer Lanzky, el mafioso norteamericano quién mantuviera una red de juego y apuestas en La Florida y La Habana, en la que se paseaba campantemente por las instalaciones del Hotel Riviera con sus maletines lleno de dólares cerca a los albores de la revolución. ¿Qué se saca de la cumbre de la CELAC, cuando los gobiernos democráticos se reúnen en la capital de la opresión a hablar de democracia? ¿Qué se puede dialogar con un presidente como el nuestro que, cada día, agrega más peso a nuestra economía y la termina de hundir, siendo los de su equipo los únicos que se enriquecen?
La diplomacia tiene precio, la justicia lo tiene y nosotros simplemente estamos observantes. Las nubes se arremolinan sobre nuestras cabezas y amenazan más tormenta, la misma que se ha prolongado por 15 largos años. Dios quiera y a Venezuela no nos toque mirarnos como el pueblo cubano luego de más de medio siglo de infructuosa y estéril revolución. Tengo esperanza y fe en los venezolanos que el cambio está cerca. Bálsamo para nuestras almas agobiadas parecen hoy las palabras de don Miguel de Cervantes: “Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.” Don Quijote.
Fernando Pinilla
enero 27, 2014
Así vive Venezuela el 2014...
Entre pantomimas, arengas vacías y mucha mentira, el 2014 es el año más duro que nos ha tocado vivir en la cuna del libertador. Estas sencillas caricaturas publicadas en los diarios La Voz y La Región, son el reflejo del día día de aquellos que nos toca vivir la realidad tras la farsa de una revolución estéril.
¿Dónde está la oposición?
¿Dónde está la
oposición? (Columna Trompo en la uña, diario La Región 26/01/2014)
¿Dónde está la oposición? Creo es la pregunta que se hacen
millones de venezolanos en este momento. El país, como se vaticinó, y no se
tenía que ser vidente ni una eminencia en economía, está pasando por el
resultado de una inflación galopante que nos aplasta con su obesidad exagerada.
El año pasado fue un caos, y este que comenzó empeora, pero ha tomado nuevos
rumbos convenientes para seguir tapando las realidades del país. La muerte de
Mónica Spear, lamentablemente, se convirtió, momentáneamente, en una excusa
para arengar, gritar, debatir sobre futilidades y más. ¿Leonardo Padrón y sus teleculebrones de poca
monta (es mejor escritor y entrevistador) son los culpables de las 21.692
muertes, oficiales, que se registraron en el país el año pasado? ¿Es Tabú, de
Natgeo, culpable alternativo de la violencia venezolana, como denuncia un señor
sin ética ni moral, llamado William Ojeda? Caer en este debate es hacer juego a
la pantomima gubernamental liderada por un Nicolás, quién descaradamente ha
usado el tema real de la violencia, como una nueva campaña oficialista sin
ninguna relevancia ni finalidad. Las nuevas tasas oficiales del dólar, es
quizás el único trasfondo de esta cortina que le ha venido como anillo al dedo.
¿Dónde está la oposición?
Cuando la tan anticipada, lógica y obvia devaluación llegó enmascarada
tras el revolcón a CADIVI y las tasas de dólar. ¿Dónde está la oposición? Alguna rueda de prensa, alguna declaración
aislada y estéril, y de resto, los que están en sus cargos recién electos,
silentes, trabajando en medio de una realidad que no da para realmente hacer
nada. Pero cada quién cuida su parcela, cada quién está pendiente de sus
asuntos, de la pantalla, de tirar físico para las ruedas de prensa, si es que las
dan. Mientras tanto, el país continúa con su rumbo, con las metidas de pata
hasta el fondo de los inquilinos de Miraflores, con la inflación, escasez,
carencia de poder adquisitivo, inseguridad, falta de producción, insuficiencia
de dólares para comprar materia prima, y productos faltantes en el país.
Ver como siguen hablando pistoladas todos los personeros del
gobierno, es sencillamente entender que estamos solos en Venezuela. Lo he dicho
anteriormente en este mismo espacio; sería tan sencillo desenmascarar la burla
gubernamental si contáramos con una oposición que buscara más servicio al país
antes que figurar para los flashes. Sería más fácil si existiera un liderazgo
fuerte, más sincero, más transparente; pero acá todo el mundo tiene rabo e´paja
y convenientemente callan luego de
recibir su tajada. Adecuadamente parece que se cae en un down pasada cualquier elección
y se entra en una zona de comodidad que hace olvidar, a los servidores
públicos, nuestras realidades. Nos falta un liderazgo efectivo.
Los venezolanos necesitamos madurar para poder superar esta
situación. Estamos ante un pueblo que acepta semejante tipo de gobierno y lo
legitiman tras cada elección, por mucho o poco margen.
Definitivamente, tanto
el gobierno, como la oposición, son el reflejo de una sociedad extraviada en
sus miserias, en una mentalidad
disociada de la realidad, carente de sentido común y de pertenencia. Si
algo he denunciado, reiterativamente, es la misma pregunta de siempre: ¿A quién
le duele el país? Ver actuar tan oficialista a la oposición y que aceptemos pausadamente
semejante aberración, es una muestra de la falta de conciencia, de la falta de
amor por Venezuela. ¿Quién acepta que se le miente la madre? ¿Quién acepta que
se le miente el país? Acá, muchos.
La realidad abrasiva y corrosiva continúa su efecto dominó
sobre el pueblo, mientras nuestro líderes, o están haciendo una fiesta con la
violencia, sin tomar medidas desde la raíz del problema, o simplemente están
callando conscientemente porque la realidad es una: la crisis afecta únicamente
al empleado, al del quince y último, a aquellos a quienes el difunto llamaba “el
soberano”, aquellos quienes supuestamente deben mandar, pero ni en su casa lo
hacen, porque sencillamente, ni casa tienen los venezolanos con estos precios
absurdos hasta para alquilar una habitación.
El país es una olla hirviente de sancocho. Somos un caldo
espeso de menudencias que, finalmente, no son más que eso. En el calor de dicha
olla nos estamos desmenuzando poco a poco y perdemos nuestra forma, nuestra
esencia. Pero de tanto hervir también nos secamos esperando por liderazgo, por
uno que no llega, porque sobran politiqueros, pero faltan líderes y servidores.
Nos secamos viendo como nuestro dinero se convierte en la sal de dicha sopa, en
nada, porque semanalmente Nicolás y sus estériles medidas lo diluyen en su
verborrea sin sentido, en su infame y descarada postura ante nuestra realidad.
El país, a ellos y otros también, poco les importa.
Hoy la realidad es
que el bolívar vale menos de lo que ya valía, y eso es decir bastante. Si
alguien lo duda, acérquese a Cúcuta o Maicao y entenderá que el “bolívar
fuerte” dejó de hacer ejercicios y le creció el mondongo. Nuestra realidad es que Nicolás liquidó el
aumento del salario mínimo “disimuladamente” ante el silencio de nuestros
“líderes” opositores que aceptan la payasada de los precios justos, de la
cruzada contra la corrupción y la batalla contra la violencia, siendo desde
Miraflores el teatro de operaciones de los más variados programas de ofensas y
vulgaridades. ¿Se olvidaron de La
Hojilla, Los papeles de Mandinga o Cayendo y Corriendo, entre otros? ¿Quién se
olvida de Pedro Carreño en plena sesión de la asamblea (televisada por un canal
oficial) llamando “marico” a Capriles?
Pero no hay oposición, acá solo las viejitas y las mujeres
se visten de héroes y enfrentan a los abusadores del gobierno y a aquellos que
se hacen llamar autoridades, pero son unos hampones. Acá sólo los medios publican la realidad y
somos vituperados por decir la verdad, sancionados de todas las maneras
posibles, incluyendo la carencia de papel periódico para publicar nuestras
realidades.
¿Dónde está la oposición? Seguramente esperando la próxima
jornada electoral.
Fernando Pinilla
enero 13, 2014
Venezuela = muerte y violencia
Venezuela = muerte y violencia (Columna Trompo en la uña, diario La Región 12/01/2014)
La muerte de Mónica Spear y de su esposo, víctimas de
la inseguridad, indignó a un país que reaccionó ante una realidad latente. En
las redes sociales se sintió el clamor de un pueblo lacerado que suplicaba por
paz, pero que al mismo tiempo, temblando de impotencia, exigía la respuesta de
un gobierno que, como el anterior, cierra los ojos ante la realidad de un país
violento, cuya bandera está teñida con la sangre de miles de venezolanos.
Las posiciones estaban divididas. En la red social
twitter, Winston Vallenilla pedía no politizar la muerte de la actriz y de su
esposo en la ARC, a manos de delincuentes.
El debate se calentó, porque se trataba de una figura pública, quién llevaba
a la realidad a aquellos que cierran los ojos a la realidad; la muerte está a
la vuelta de la esquina en Venezuela. Agazapada y a hurtadillas, espera al
acecho a cualquiera que se cruce por su camino, famoso o no tan famoso, para
cobrarles la vida. El problema es que no terminamos de entender y aceptar que
vivimos en un país en el que reina el caos, porque las medidas que se toman son
superficiales y no solucionan el flagelo de la inseguridad, así como tampoco
acaban con la inflación y escasez. La radiografía dice que el problema es
profundo y con fomentos y ungüentos no se puede sanar algo que está arraigado
en las bases de la nación.
La muerte de Mónica Spears
es la punta del iceberg de una mal que late con vida propia y que no hasido frenado con verdaderas políticas sociales, con
el aumento de oportunidades reales de estudio, trabajo y una economía que
invite a trabajar, crear y producir.
Carentes de oportunidades y en medio de un país politizado, dividido por
un discurso violento desde la silla presidencial, la inseguridad y el hampa han
crecido en su presencia en nuestras calles.
21.692 Mónicas
Spears (muertes violentas) se registraron el año pasado, el problema es que son
invisibles para el gobierno y para nosotros, muchas veces. 72 homicidios por
cada 100.000 habitantes fue la tasa que nos convierte en el país más violento
del continente. Venezuela triplica a países como Colombia o
Brasil en su tasa de mortalidad por homicidios, aunque su cifra sea la misma
que la de México, con la pequeña diferencia que la nación azteca tiene 120
millones de habitantes y Venezuela, sólo 29.
Desde la asunción de la revolución, se han puesto en marcha cerca de
21 planes para combatir la violencia, pero además de gastar un dineral en
propaganda política, no se ha generado un cambio real. Como menciono arriba, no
se puede combatir la inseguridad únicamente con presencia policial en las
calles, mientras que el país no ofrezca oportunidades ni mejore su condición
social, cada día más deteriorada. Es como usar paraguas dentro de la casa, pero
con el techo agujereado por todas partes.
El problema es que los venezolanos, sin importar el color político de
su preferencia, callan y aceptan que la nación se convierta en una selva indómita,
inaccesible e insegura. En
1999 se registraron 5.968 homicidios y
la tasa se consideraba alarmante. La revolución pensaba llegar para aplacar
estos índices hostiles que en 2011 llegaron a la escalofriante cifra de 19.336
muertes violentas, y el pasado 2013, a las 21.692, mencionadas arriba. La
violencia se ha disparado en más de un 240% los últimos 15 años según las
cifras que comprobó el Observatorio Venezolano de Violencia. Más de 180.000 asesinatos han ocurrido desde 1999 en Venezuela y la cifra sigue
creciendo. Sin embargo, el gobierno acaba de descubrir la violencia y ya parece
inventará otro plan seguridad. ¿Y la misión A Toda Vida?
El caso de
Mónica Spear encendió las alarmas de un mal que el gobierno ha buscado
silenciar, aplicando censura a los medios que denuncien la mortandad, a la que
normalmente el ministerio público da la espalda dejando impune la gran mayoría.
El caso de la ex miss se mueve rápido, pero, ¿y el resto de venezolanos?
La gran
conclusión a todo esto dice que en materia de inseguridad, como en el resto, el
gobierno está reprobado, y esto no es
politizar la muerte de la actriz y ex miss, sino sencillamente adosarles a los
responsables su cuota de culpabilidad. Los venezolanos no podemos cerrar los
ojos ante la realidad. Lo hacemos ante la escasez de papel tualé y de leche, lo
hacemos ante la inflación y la burla de un gobierno que aumenta en 278 Bs un
salario mínimo que no alcanza ni para comprar un pantalón, y casi nos condena a
usar, como nuestros antepasados, tapa rabos. Callar y cerrar los ojos no cambia
la situación. Justificar nuestro drama diario en nombre de la quimera de la
revolución, de una igualdad y de un respeto que no termina de llegar, no nos
devolverá a esas más de 180.000 vidas perdidas en mano
de la violencia. Basta de pasividad y conformismo.
Venezuela agoniza cada día porque las balas del hampa
nos matan y la indiferencia del gobierno nos deja morir lentamente, casi de
manera sádica esperando no ser el próximo número que aumente las cifras
oficiales. Aunque esta sea una nación 100% religiosa, no se justifica que
nuestra única esperanza esté cifrada en un milagro que venga de lo alto que nos
permita volver a casa cuando salimos, o cuando uno de nuestros seres queridos
se ausenta por algunas horas. Venezuela debe entender que Mónica Spears puede
ser cualquiera de nosotros, de nuestras familias, de nuestras amistades.
Nuestra solidaridad debe ser con los venezolanos y exigir a los responsables de
la paz y de la estabilidad que se tomen las medidas preventivas desde la raíz
del problema y en todos los niveles. No podemos aceptar más que los números sigan
creciendo, esperando a una nueva víctima famosa, para entonces sí reaccionar.
Fernando Pinilla
diciembre 17, 2013
FELIZ NAVIDAD!!
¿Qué más puedo decir para este año que finaliza? Gracias DIOS, gracias a ustedes que siguen siendo el motor de este trabajo. Todo lo que hago es para ustedes. Acá mi tarjeta de navidad!!
Candidatos a alcalde... algunos ganadores y otros perdedores.
Serie de ilustraciones que publiqué con el diario 2001 de Caracas, Venezuela, con motivo de las elecciones municipales del 8 de diciembre. Son súper sencillas, pero me agradaron full.
Venezolanos y Curazao
Venezolanos y Curazao (Columna Trompo en la uña, 15/12/2013)
Cuando el 2 de setiembre de 1812, Simón Bolívar desembarcara
en la llamada por Alonso de Ojeda en 1499, Isla de los gigantes, debido a la
notable estatura de sus habitantes, jamás pensó que sería de los primeros
venezolanos que llegarían por ayuda a la isla de Curazao. En aquel tiempo el
libertador no llevaba consigo una tarjeta de crédito con la esperanza de
recibir piadosamente algunos dólares para volver a su tierra natal y hacer
negocios; realmente Bolívar no llevaría consigo muchas pertenencias luego de
salir al exilio tras la caída de la primera república, ya que todo le había
sido confiscado por los españoles, y la única manera de lograr su salida del
puerto de La Guaira, sería entregando a Francisco de Miranda a las manos de los
realistas.
El padre de la patria caminó, igual que hacemos muchos
venezolanos, por las calles de la hermosa ciudad de Willemstad, ubicando su
residencia en Otrobanda en la zona occidental de la capital curazoleña , aunque
frecuentó, como hacen hoy miles de venezolanos, la zona conocida como Punda, en
aquellas caminatas para visitar a sus hermanas y al judío sefardí,
Mordechay Ricardo, benefactor del
libertador, inspiración para retomar la causa independentista y patrocinante,
junto con la población sefardí de la isla, de la gesta emancipadora.
Paradójicamente ni el difunto ni ningún revolucionario recuerdan que el dinero de
los judíos (tan despreciados por ellos) de la isla fue determinante para lograr
la independencia venezolana.
Aquellas calles calcinadas por el sol son testigos de nuevos
venezolanos que las recorren en busca de auxilio. Esta vez, no hay un opresor
extranjero que hiere a Venezuela, hoy la herida viene de una economía asfixiada
por la mala praxis de los servidores públicos de turno. El control cambiario
impuesto hace una década para frenar la fuga de capitales, ha terminado por
contribuir a crear una fiebre verde. Willemstad que ha destacado por décadas
debido a la presencia de miles de holandeses, curazoleños, en su mayoría,
además de otras nacionalidades; les toca convivir con un nuevo personaje, el
venezolano. Bullanguero, con pintas
estrafalarias y ostentosas, algunos mal presentados (lamentablemente) llenan
sobre todo los hoteles más céntricos, pero esto no debido a los nexos históricos
de Curazao con Venezuela. La mayoría ni saben de la existencia de esta estrecha
relación; ni siquiera lo hacen como parte de un plan de vacaciones familiares,
sencillamente es la oportunidad de acceder a la restringida moneda verde, para
luego traerla nuevamente al país, tras no gastar algunos sus cupos, y así
venderlos en el negado mercado paralelo.
Afectos y detractores del gobierno convergen en la vorágine
creada sin análisis previo por la comitiva gubernamental. Las esquinas de Punda
y Otrobanda están plagadas de letreros que anuncian la posibilidad de negociar
los cupos CADIVI, así como algunos comercios de la agitada capital muestran
orgullosos otros letreros que rezan “Se acepta cupo electrónico”. La franela
Vinotinto, la gorra tricolor y la constante sacadera de cuentas de bolívares a
dólares, se mezcla con el papiamento, el holandés y la música árabe de algunos
comercios de menor envergadura. Aún así
la isla no pierde el encanto y muestra el progreso gracias a la mano del
gobierno de los Países Bajos, que ha convertido a la desolada isla rocosa
habitada inicialmente por los Arawak y posteriormente colonizada por españoles,
ingleses y holandeses, en una potencia turística con un crecimiento económico
que se refleja en la calidad de vida que se respira en todas las calles, no
sólo de la capital, sino de las periferias.
Algunos pocos manifiestan abrazar la bandera roja del
socialismo venezolano con la esperanza de crecer y hasta manifiestan odiar todo
lo “burgues” , negándose a aceptar que Curazao crece y mejora. En esta isla
llena de vida, el que trabaja duro recibe su recompensa, aunque lógicamente hay
personas de menos recursos. El comercio se mueve agitado desde pequeñas tiendas
hasta las grandes marcas con sus vitrinas callejeras, al mejor estilo europeo,
que dan sustento a locales y extranjeros. Venezolanos, colombianos, árabes,
holandeses y surinameses encuentran oportunidad de trabajar en los comercios
repletos de turistas.
Las playas de Curazao muestran un ejemplo para todos. Sin
gozar de un mínimo porcentaje de las kilométricas extensiones de playas de
arenas blancas con las que goza Venezuela; el curazoleño ha aprendido a
convertir las suyas pequeñitas (ninguna de más 2.000 mts) en lugares
emblemáticos de la isla.
Todas las playas tienen acceso con vías perfectamente
pavimentadas, así como modernas líneas de autobuses públicos, en su mayoría con
aire acondicionado, que hacen diariamente recorridos cronometrados y puntuales.
Los modernos buses blancos son una insignia de la isla, y hacen ver accesible
cualquier lugar. Pero como las bellezas naturales no sobran en la isla que se
originó tras la elevación de las placas tectónicas haciendo emerger la roca en
la que hoy se posa Curazao, los capitales privados han convertido sencillas
playas en paraísos para el descanso. Playas fabricadas están rodeadas de
complejos hoteleros lujosos, con todas las comodidades para turistas y locales,
con un servicio de calidad para la estancia. No hay bar o restaurant playero
que no acepte tarjeta de crédito.
Curazao es el epítome de la voluntad hecha logros y del
aprovechamiento de lo que se tiene. En las calles de la isla no se ve miseria,
ni suciedad, por más sencillas que hayan casas. Todo está bien cuidado, y
quizás, el único peligro, son las masas de venezolanos descontrolados que creen
que están en Choroní o La Guaira. Perdimos el civismo y lo queremos trasladar a
otros lares. Ni lejanamente somos ese Joven Bolívar que encontró cobijo en las
calles de Willemstad, que se distinguía por su clase, por su sed de conocimiento
en la biblioteca privada de Mordechay
Ricardo, en la que surgió el manifiesto de Cartagena.
Hoy sólo hacemos ruido, compras alocadas y caos, dejando mal
el gentilicio para otros visitantes; el manifiesto de CADIVI.
Fernando Pinilla
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